De nada han valido los esfuerzos de las autoridades por reducir la tasa de embarazos en adolescentes, porque la estadística es contundente.

Uno de cada cinco embarazos es de una menor de edad, lo que significa que las políticas al respecto han fracasado. La pregunta es: ¿falta información?

Según las secretarías de Salud y Educación, se han realizado decenas de actividades encaminadas a proporcionar información adecuada sobre salud reproductiva. Se han llevado muñecos bebés que actúan como un recién nacido y que permiten a las niñas vivenciar las exigencias de la maternidad, se ofrecen conferencias en donde se aborda el tema de tener un hijo a temprana edad y nada ha tenido el suficiente peso como para inhibir el embarazo en adolescentes.

¿Quién o quiénes son los responsables de que estas políticas fracasen?
Preguntamos a las directamente involucradas y las respuestas son sorprendentes.

Las menores afirman que no han tenido información sobre la salud reproductiva, no conocen los métodos anticonceptivos y, quizá lo más grave, no tienen idea de cómo usarlos.
Lo curioso es que en estos tiempos, en los que la información está literalmente a la mano, me atrevería a decir que casi 90 por ciento de los adolescentes tienen un celular con acceso a redes sociales y ahí hablan de todo, pero parece que los temas sexuales nomás no acaparan su interés.

¿Qué es lo que realmente pasa con los jóvenes, que simple y sencillamente no les preocupa su salud reproductiva?
Los especialistas insisten una y otra vez en llevar conferencias a los chavos para que se acerquen a ellos y conozcan la problemática de los embarazos en adolescentes, las causas y consecuencias, pero es tal la indiferencia que los casos siguen sucediendo.

¿Acaso no saben las adolescentes que el hecho de tener un bebé a temprana edad cambiará totalmente su vida?
Y lo más grave:
¿Tendrán idea de los riesgos de un embarazo a los 13, 14 o 15 años y las repercusiones de salud en su organismo?
¿Conocerán acaso los efectos en su cuerpo al someterlo a los cambios de un embarazo?

Pues todo parece indicar que no.
Que los ejemplos que los especialistas les llevan hasta su escuela, para que experimenten por un momento lo que significa tener un bebé y hacerse responsables de él para el resto de sus vidas no
les impacta.

Algunos de los encargados de brindar cursos y conferencias a los estudiantes de secundaria aseguran que el problema de la indiferencia de los chavos viene desde la casa, donde los padres, inmersos en una dinámica por cubrir las necesidades básicas de la familia, se olvidan de lo importante que es el acercamiento con sus hijos y, principalmente, con sus hijas, además del número cada vez mayor de familias disfuncionales ( la verdad que esta frase me parece una jalada, porque quién califica qué es disfuncional), en las que solo hay padre o madre y quienes, en algunos casos por necesidad, o le chingan o cuidan a los hijos.

Total, que Juan te llamas. Y mientras los casos de embarazos en adolescentes siguen al alza, el problema ha llegado a niveles tan preocupantes que hasta la Gendarmería de la Policía Federal se ha sumado para ayudar a las autoridades locales a enfrentarlo.

Con amplia experiencia en el tema, la Gendarmería ofrece una serie de cursos para la prevención del embarazo en menores, así como el tema de trata de personas y el uso responsable de las
redes sociales.

Palabras más, palabras menos
Un dato: En Hidalgo, en 2017 se reportaron 8 mil 992 casos de embarazos en menores de entre 10 y 17 años.
Y en niñas menores de 10 años se registraron 206 casos de embarazo, lo que es preocupante y vergonzoso.

Bertha Alfaro