Como si fuera un tornado que deja destrozos y damnificados, así el coronavirus va dejando a su paso, muerte, contagios, desempleados y cientos de negocios y empresas quebradas al no poder soportar el confinamiento.

Pero los efectos de esta pandemia que tiene a Hidalgo paralizado esperando que el semáforo cambie de color, también han contagiado a otros sectores. Uno de ellos el electoral, que luego de tener ya todo casi listo y a los aspirantes en el arrancadero, con la llegada del coronavirus suspendió todas las actividades para evitar mayores contagios y les dio un respiro a los funcionarios para seguir cobrando las quincenas hasta que el Instituto Estatal Electoral les dé el banderazo de salida.

Este compás de espera puso quietos a todos los aspirantes y suspirantes que ya se les quemaban las habas por salir a las calles a promocionarse y comenzaron las apuestas sobre las posibles fechas para la realización de las elecciones para renovar los 84 ayuntamientos.

Este receso obligado, inédito en la historia electoral, dio pie para que se formularan toda clase de conjeturas, especulaciones y madrizas mediáticas entre los aspirantes, que vieron una oportunidad de chingarse a sus contrincantes, aunque fueran de su mismo partido, sin que el referí de la contienda dijera esta boca es mía y permitiendo que se asestaran golpes bajos y que se usara la desgracia para, en actos “solidarios”, hacer entrega de implementos de seguridad contra el virus, claro está, con el sello del partido a que pertenecen.

Y mientras todo esto ocurría, los aspirantes con cargos públicos no tenían claro si debían o no renunciar a su cargo, ya que la pandemia los agarró en medio del proceso electoral.

El mismo gobernador Fayad había sugerido que si tantas ganas tenían de participar, pues que dejaran el cargo, invitación que les repitió en cuando menos dos eventos. Pero, nadie se movía, porque, así como el Covid agarró en la pendeja al país, así también ocurría con los involucrados en esta sui generis contienda.

Total, que mientras el gobernador, en un afán de que todos los aspirantes cumplieran con la ley, les abría la puerta a sus funcionarios para permitirles que participaran, los aspirantes tímidamente se replegaban y esperaban el momento para que el Instituto Estatal Electoral publicara las fechas de inicio del proceso.

Nadie quería dar un paso en falso, adelantarse a los tiempos y quedarse como el chinito, “nomás milando”.

Lo que no se esperaban, es que en este desmadre que ha sido la contienda, con movimiento de fechas que ni para cuándo definir si es agosto o septiembre la elección de alcaldes y que según las autoridades todo depende del semáforo sanitario, pues resulta que este semáforo se quedó atorado en el amarillo, que va para naranja y de naranja a rojo y en este daltonismo político nadie sabe a ciencia cierta si ya es o no la hora de renunciar.

Lo curioso es que un documento publicado hoy por el Instituto Estatal Electoral informa que, si bien hay suspensión en varios momentos del proceso, no así en el cumplimento del requisito de separación del cargo, suponiendo, como lo especifica el documento, que las elecciones se llevaran a cabo los últimos días de julio o los primeros de agosto.

¡Cuánta razón tenía el Gobernador!

Los funcionarios debieron de hacerle caso y renunciar cuando se los advirtió, porque de acuerdo con el nuevo documento, muchos aspirantes ya se la pellizcaron y tendrán que esperar una nueva oportunidad.

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@berthaalfaro