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Hace (30) meses
Una vez más, elección y pobreza en Hidalgo – Columna de Marco Moreno
Marco Moreno
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Empieza ese momento en el que las buenas intenciones en favor del estado emergen en los discursos y los anhelos de los dirigentes políticos. El futuro de Hidalgo empieza a pasar de mano en mano, en una competencia que poco a poco se verá más ruidosa en la medida que pasen los días.

Una competencia que a la larga se vuelve absurda y llena de descalificaciones por parte de todos los actores, cada uno asegurando, en sus manos está el mejor de los planes para llevar al estado, hacia el crecimiento económico y el desarrollo social.

Es casi seguro que cada uno hablará de la pobreza y la forma en que esta ha crecido y de manera sencilla encontrará los culpables de tan lamentable hecho, los que, desde su óptica, la cual en la mayoría de las ocasiones es igual a la óptica del adversario, deberían ser castigados por la gente, señalados de manera contundente por sus errores, omisiones y, dicen, sus delitos.

Sí, ya vienen las campañas electorales, para la renovación de la gubernatura hidalguense, los que saben, dirán que no podemos hablar aun de este tema, que solo son rumores los nombres de aquellos que se dicen merecedores del cargo; señalarán, sin lugar a dudas que el agorerismo no debería tener lugar en este proceso.

La controversia, la especulación en torno a los sucesos de la elección, empiezan ahora, no solo en el análisis de algunos, sino también en las diversas actividades que, ataviadas de acciones sociales o de gobierno, se desarrollan en diferentes puntos de la entidad y por direcciones partidistas y aspirantes al cargo.

No hay, una actividad reconocida, pero si una actividad política en los hechos, un cruce constante de información, sondeos prospectivos, invitaciones veladas a pensar en la posibilidad de acceder a la candidatura.

Ofrecimiento de apoyos y respaldos incondicionales, de parcelas de votación, entre otras cosas.

La diversidad de acciones desarrolladas en estos momentos, muestra el dinamismo de todos aquellos que anhelan el cargo y hacen propuestas desde ahora, aun cuando sus propuestas tienen el extraño sonido del metal que resuena, del címbalo que retiñe, pero solo eso, sonidos ininteligibles y carentes de sentido.

¿Cómo podrían expresar de manera clara, precisa, las necesidades del estado, sus problemas más sentidos?

Solo reaccionan, actúan bajo esquemas de discursos prediseñados y sabedores de la necesidad de usar la pobreza, como ese ariete que abre las esperanzas de la gente, sus anhelos y sus deseos de romper ese ciclo pernicioso donde el futuro de la gente se revuelve y se vuelve sin sentido.

Las pasadas elecciones en la entidad, mostraron la simpleza de los programas partidistas, el abuso ideológico de los discursos, abuso lleno de inconsistencias y de incongruencias de todos los institutos políticos y sus representantes.

La visión prevalente en los discursos políticos, es el de conmover a la gente con su propia circunstancia, como si eso fuera posible y éticamente válido en la promoción de figuras y encumbramiento de personajes, los que perjuran que ahora si, no abandonaran sus cargos para ir en la búsqueda de otro.

En la actualidad, hay un pobre entendimiento de la realidad del estado por parte de quienes ejercen el poder público, pero también por aquellos que aspiran al poder público, pobre, porque se sigue centrando en sus propias comprensiones e interpretaciones de la realidad.

La tarea de comprender esa realidad es el trabajo de estos agentes, autoproclamados del cambio o de la transformación; sin embargo, es esta tarea es imprescindible dejar de lado las posturas utilitaristas y tramposas que hacen referencia a la pobreza como el mal a vencer, pero con las manos vacías y el entendimiento hueco.

Y es que en la construcción de las propuestas de trabajo de aquellos que aspiran a la gubernatura de Hidalgo, es importante que se funde en la realidad y en su correcta comprensión y, que necesariamente, sea soportada por los marcos jurídicos, ya sea la Constitución del estado, las leyes, o los propios programas que actualmente operan en la entidad.

Sí, ya vienen las campañas electorales, llenas de ruido y provocaciones, vacías de propuestas de trabajo y carentes de líneas generales para la construcción de políticas públicas.

Campañas que una vez más le apuestan a la conquista del voto popular a través de la manipulación, el engaño, el ocultamiento de la ignorancia de los posibles candidatos, cubierta por la lisonja y la adulación de sus cercanos. Una vez, para desgracia de Hidalgo, los que aspiran a la candidatura del gobierno de Hidalgo, saben, con certeza, que la pobreza es el gran elector, nada más y nada menos

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