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Hace (14) meses
Tesla, el agua y el nuevo juego de poder
Marco Moreno
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Corría julio de 2009, se festinaba la decisión de poner una refinería en el estado de Hidalgo, mucho se hablaba de la refinería y la competencia entre los estados de Guanajuato e Hidalgo para quedarse con el proyecto.

Alentados por el entonces presidente de la república Felipe Calderón, se adquirieron terrenos en ambos estados y se quedó a la espera, con la certeza de que la refinería estaba en el estado. Si, la misma, que hoy se usa para burlarse de Calderón y señalarlo, no como antes, cuando se guardó silencio.

Corría julio del 2009 y en una entrevista con la W Radio, manifesté: “El presidente perdió el tiempo, jugó sucio. El gobierno debería de estar construyendo el manifiesto de impacto ambiental ya que desde el 30 de julio de 2008, cuando le fue entregado el dictamen sobre el lugar exacto de la nueva refinería él ya sabía que era la región de Tula”.

Esto por el jugueteo que hizo, junto con los diputados de crear una pasarela de gobernadores para determinar quien se quedaba con la famosa refinería.

Me acordé porque hoy hay un juego parecido, uno en el que una vez más la promesa de desarrollo e inversiones se usa para tentalear lealtades y calcular decisiones, esa manera burda de los neoliberales de hacer política que sigue presente en los antineoliberales de hoy.

Tesla estará en Hidalgo, se festinó y se aseguró y, donde quiera que estuvieras, se escuchaba sobre el gran futuro que le esperaba a Hidalgo con esta decisión; se rememoraba la antigua gloria del estado con armadoras como Renault o como Dina.

Había esperanza en las conversaciones y estás aumentaron cuando se invito al gobernador del estado de Hidalgo a la conferencia matutina del presidente. Ahí se hará el anuncio, el momento grande para el estado.

El argumento central era la calidad de mano de obra del estado en manufactura automotriz, la cercanía del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) y las campanas repicaron en el estado, tenemos inversión.

Pero, no, el juego empezó a tomar otros rumbos, otros sentidos, la intención de Tesla es el estado de Nuevo León, su búsqueda, lo han dicho es el “estado septentrional de México, Nuevo León”.

La disputa con lo neoliberales, el opositor Samuel García, permitir que un opositor tenga en sus manos una inversión de ese calibre representa un duro golpe, desde lo político, para el presidente de la república. No, eso no es verdad se han apresurado a decir todos. Es que busca ser justo.

Entonces en lugar del anuncio de la inversión de Hidalgo, vino el agua como parte del juego de las decisiones, Nuevo León no tiene agua.

“Celebramos que se esté decidiendo a México como lugar para que lleguen estas inversiones de la industria automotriz, lo único que queremos hablar con los directivos de esta empresa es que queremos ordenar también el crecimiento. Hay ya lugares en el país en donde no se tiene agua suficiente y tenemos que cuidarla para el consumo doméstico”

Y asesta el golpe. “Pero no sólo es Hidalgo, el 70 por ciento del agua del país, hay que decirlo, está en el sureste. Se tiene agua, se tiene gas, se tiene energía eléctrica, no hay tanta población, hay más tierra que población, esto es parte de lo que queremos dar a conocer”.

10,000 millones de dólares, es la inversión estimada por Tesla en México. Misma que en el juego de las decisiones ha puesto precisamente en riesgo de alejar del país. Hidalgo fue un amago hacia el opositor gobernador neoleonés.

Ya en diciembre de 2020 Mario Luna, líder de la comunidad yaqui del desierto de Sonora, advirtió en Bruselas del impacto de los grandes proyectos en las fuentes de agua. Letal para las poblaciones y dañino para el medio ambiente, advirtió “nos oponemos a esos acuerdos que permiten que empresas europeas hagan en México lo que no hacen aquí. Buena parte de la política comercial es bastante depredadora”.

Sin embargo, el presidente dice de Tesla “Vamos viendo qué dimensiones tiene la empresa, cuántos trabajadores, en qué sitios pueden tener más oportunidades para el abasto del agua, para servicios”.

Ya en una ocasión lo dijo el presidente, el agua está en el sureste y ese es el activo que usará en adelante, el agua, como condicionante para la atracción de inversiones al país, empieza la guerra del agua en México y, arranca, por desgracia, de la mano del presidente

 

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