A criterio deColumnasJuan Manuel Menes Llaguno

Teotlalpan, órgano de Difusión del Cehinhac

Las sesiones sabatinas del Centro Hidalguense de Investigaciones Históricas A.C. CEHINHAC era una verdadera odisea por los caminos de la historia regional, cada una, dejaba profunda huella en todos nosotros, porque cada trabajo que se leía, era un descubrimiento acerca del pasado de nuestra entidad. 

Lo anterior derivaba de la pobreza historiográfica del Estado de Hidalgo, ya que al nacer aquel organismo, los trabajos sobre la historia hidalguense, abarcaban los dedos de una sola mano, a saber: Las “Memorias de la Comisión Científica de Pachuca” de 1864 trabajo que conocimos en la biblioteca del CEHINHAC  los “Anales del Estado de Hidalgo” primera y segunda parte, del profesor Teodomiro Manzano, el “Catalogo de Construcciones Religiosas del Estado de Hidalgo” publicado hacia 1940, por Luis Azcue Mancera, Justino Fernández y Manuel Toussaint; La “Historia y Geografía del Estado de Hidalgo” del profesor José Ignacio Morales; y el “Origen de Pachuca y su vida durante el siglo XVI” del Lic. Isaac Piña Pérez, a los que se aunó  La “Memoria del Primer Congreso de la Cultura del Estado de Hidalgo”, entonces recién publicada por la Universidad Autónoma de Hidalgo, que empezó circular hasta 1974. 

La biblioteca que trajo a Pachuca, Héctor Samperio, nos mostró algunos folletos interesantes, de los que sabíamos solo por referencias, entre ellos, “La Historia y Geografía del Estado” del ya referido Teodomiro Manzano de quien también conocimos, sus “Monografías Municipales” de Pachuca, Real del Monte, y Huichapan, “La Erección del Estado de Hidalgo”  y “El Confinamiento de Melchor Ocampo” en Tulancingo del Lic. Isaac Piña Pérez, otro más sobre el  cincuentenario del Reloj publicado en 1960 por el poeta Genaro Guzmán Mayer y  nada más. 

Desde nuestras primeras reuniones, se abordó la necesidad de publicar nuestros trabajos y se decidió contar con un boletín u órgano de difusión de nuestras investigaciones, punto en el que todos coincidimos. Lo primero fue buscarle nombre y sin muchas discusiones, nos adherimos a la propuesta de Héctor Samperio, para llamarle “Teotlalpan” del   Náhuatl, “Teotl” dios o divinidad; “Tlalli” tierra o lugar de cultivo y “Pan” locativo abundancial o sea el lugar de, o donde están todos los dioses región ubicada entre Pachuca y Zumpango, a la que los Mexica dieron tal denominación, por el ser el sitio donde estaban enterrados sus mayores sus dioses lares o familiares, los que les guiaron para llegar a la tierra de su asiento definitivo de modo que fue una estupenda sugerencia.

El segundo problema fue como financiar tal publicación, el siempre entusiasta Arturo Herrera Cabañas, hábil promotor cultural, logró que un grupo de presidentes municipales, entre ellos el de Actopan, que era su hermano Rafael, cubrieron el costo del número uno, que fue de unos cinco mil de aquellos pesos aproximadamente.

Ese  primer número, salió a la luz publica al año siguiente 1973 en el que se incluyeron los discursos inaugurales, del Profesor Guerrero, de Luis Rublúo y del Presidente de la Academia Potosina de la Historia, Rafel Montejano y Aguiñaga, así como artículos de, Julio Ortega, Arnulfo Nieto, Héctor Samperio, Luis Corrales, Raúl Guerrero Juan Manuel Menes e Ignacio Bocardo López, así como las notas bibliográficas de José Vergara, el segundo número ya financiado con fondos propios, apareció poco después con artículos de Luis Rublúo, Julio Ortega, Arnulfo Nieto, Raúl Guerrero y como invitados Othón Lara Barba, el Padre Porfirio Valdez y el Presidente de la Academia Neoleonesa de la Historia arquitecto Gerardo de León.

La falta de fondos, no permitió que los subsecuentes números de Teotlalpan salieran de  manera puntual cada semestre, como se planeó en principio, por ello el siguiente, apareció como número especial en el que se contuvieron los volumen 7, 8 y 9, apareció hasta finales de 1975, financiado por el gobierno del Estado a cargo del Lic. Raúl Lozano Ramírez, en este número se dieron a conocer los trabos del Primer Simposio de Historiografía Hidalguense, celebrado en la sede la Academia Nacional de Historia dependiente de la UNAM  que fue todo un éxito. 

Allí aparecen temas expuestos por: Julio Ortega, Arnulfo Nieto, Luis Jiménez Osorio académico correspondiente en Real del Monte . Juan Manuel Plowes Ibáñez correspondiente de Zimapán  Woodrow Borah invitado especial del CEHINHAC, Raúl Guerrero, Víctor Manuel Ballesteros fue su trabajo de ingreso  José Vergara, Juan Manuel Menes Llaguno, Héctor Samperio, Luis Rublúo, Efrén Meneses Villagrán entonces de recién ingreso y Luis Corrales.

Esta ultima publicación alcanzó un éxito inusitado, pues los mil números de su tiraje, se agotaron en menos tres meses, para su realización, intervino de manera personal Luis Rublúo y su esposa Judith Chávez de los Ríos y la muy atinada dirección tipográfica de los hermanos Loera y Chávez, en cuya editorial Libros de México, se imprimió. En agosto de 1975.

Tres años después, 1978 apareció la también edición especial del Segundo Simposio, este celebrado en la ciudad de Pachuca y cubrió  los números 10, 11 y 12, en ella aparecieron colaboraciones de Juan Manuel Menes Llaguno con su trabajo de ingreso a la Academia nacional de Historia de José Arias su ingreso al CEHINHAC José Vergara, Héctor Samperio, Arnulfo Nieto, Luis Corrales, Arturo Herrera, Raúl Guerrero y Rafael Abascal delegado del INAH en Pachuca de igual manera esta publicación alcanzó gran éxito. 

De esta manera “Teotlalpan” inauguró la nueva etapa de  la   historiografía hidalguense, el doctor Luis Gonzáles y González impulsor de la historia regional mexicana a la que llamo “Microhistoria” señaló, Teotlalpan fue un extraordinario esfuerzo que impulso desde 1973 la historiografía regional mexicana en Hidalgo, fue el cause que aglutinó el trabajo de aquellos esforzados hidalguenses encabezados por Héctor Samperio Gutiérrez.

 

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