La estrategia educativa anunciada ayer por el gobierno federal, para afrontar el nuevo ciclo escolar comenzó a provocar escozor entre los miles de profesores que de momento no se vieron dentro del plan, al ser utilizados los medios electrónicos y virtuales en su lugar.

Vamos, ni siquiera las dirigencias sindicales tuvieron un papel dentro de esta nueva normalidad que parece habituar todos los procesos educativos y productivos a una realidad virtual en donde los profesores todavía no toman la palabra.

Actualmente en Hidalgo, son cerca de 53 mil los trabajadores del sistema educativo entre docentes y administrativos. Casi la mitad del presupuesto anual que recibe Hidalgo del gobierno federal, está destinado a la educación y mayormente enfocado al pago de nómina de ese ejército.

Ese gremio a lo largo de la historia cobró fuerza, primero por la naturaleza de su trabajo formativo en los pueblos, luego por constituirse en un semillero electoral para el Partido Revolucionario Institucional.

El voto de los profesores decidieron por décadas la vida democrática de municipios, distritos y entidades, condición que más tarde les brindó a todos ellos, logros económicos y laborales a través de su sindicato.

Lograr un título de profesor y luego una plaza dentro del magisterio, se podía considerar como un importante logro para la estabilidad de cualquier hidalguense, una entidad con los peores salarios y oportunidades de empleo.

Esta condición hizo que muchos de ellos se estacionaran en la comodidad de ser inamovibles, de poder exigir mejores condiciones laborales, sobre todo cuando contaban con liderazgos tan fuertes como el de Elba Esther Gordillo.

El trato clientelar que les deban los gobiernos estatales, aquí todos priistas, nunca los obligó a la capacitación en nuevos sistemas de enseñanza. Como en todo, existían los inquietos que alcanzaron hasta maestrías, pero la mayoría nada, así se quedaron, incluso analfabetos cibernéticos.

Los momentos críticos han llegado y tanto en el trabajo como en la vida, sólo sobrevivirán aquellos que cuenten con capacidades extras como, en este caso la enseñanza a distancia.

Fueron tres meses del anterior ciclo educativo los que prácticamente se perdieron ante la incapacidad de muchos profesores que no atinaron a establecer el arranque de una conferencia con sus alumnos a través de plataformas tan comunes como el Zom o el Facebook Live.

Este escenario pandémico se prolongará todavía al menos cuatro meses más, por ello tomaron la decisión gubernamental de montar un tinglado en donde el grueso de los profesores fue obviado por su carencia de capacidades.

La circunstancia estará más grave cuando, al igual que muchos mexicanos más, se les hable de quita de sueldo, en primero por el tiempo efectivo laborado y en segunda por sus habilidades educativas en la nueva normalidad.

Su sindicato, al menos la Sección XV del SNTE no ha dicho nada, guarda un silencio complaciente de las nuevas medidas. Será porque no fue capaz de llamar a la actualización a sus agremiados y ve como se hunde el barco, para sólo estirar la mano en búsqueda de sus cuotas a cambio de nada.

¿Qué tan prescindibles son los profesores en el sistema educativo? Era una pregunta que nos hacíamos ayer los amigos del Facebook. La respuesta, sin duda, sólo la dará el tiempo a partir de la respuesta que tenga el magisterio ante esta tendencia que ya ganó la primera batalla a nivel mundial.

Nimiedades: Qué tan duchos seremos para erigir concejos municipales y elegir candidaturas para alcaldes en menos de un mes, claro, sin que se desborden los ánimos y las pistolas.