Queridos lectores, el día de hoy les escribo sobre un tema que me han pedido varias mamás en estos tiempos, donde algunos de sus pequeños ya volvieron a clases presenciales y se les ha dificultado un poco, de nuevo, la convivencia con sus compañeritxs.

Sabemos que no es fácil ser infante en un mundo adulto; a veces nos cuesta entenderlos, sobre todo cuando experimentan emociones difíciles de abordar o cuando tienen conductas que podrían dañar a otros.

Hoy comparto algunas sugerencias que puedes practicar cuando una situación emocional se presente con tu pequeñx.

No pongas etiquetas. Las etiquetas que se le dan a los niños tales como “eres un flojo”, o “eres un llorón”, “eres una enojona o dramática”, “eres muy distraída”, hacen que realmente ellos lo acepten y lo crean y que sea algo que los acompañe toda su vida. Esto hará más difícil que ellos descubran lo que son en realidad; hazles creer que son amor y alegría, para fortalecerlos.

No es malo sentir alguna emoción. Hay que dejar que los niños sientan y ayudarlos a que esa emoción o sentimiento no lo dominen.

Lo que les gusta lo cuidan, aunque los accidentes existen y lo que necesitan en el momento de que ocurra uno de estos incidentes es amor y comprensión, no un regaño sobre cómo cuidar algo que ya está roto. Imagínate el daño que se le puede crear a una persona si no controlas tus reacciones.

Enséñales a respirar: cuando uno se altera la respiración cambia, se acorta y se agita, para hacer que vuelva a su ritmo normal que inspire profundamente y suelte despacio el aire por la boca, esto ayudará a que su respiración vuelva a su estado normal junto con la claridad mental en cuestión de minutos.

Déjalos experimentar y equivocarse. Cuando algo suceda diles que el mundo no se acaba, que hay maneras de solucionarlo, que acepte su responsabilidad y que vea que algunas cosas están en sus manos evitarlas y otras no.

Aprende a tomar las cosas de quien viene, que se den un tiempo de conocer a la persona que le da comentarios tanto positivos como de burla, grandes sorpresas se pueden llevar y quizás lo que se tomaba de manera personal solo era de juego.

Empatía. No sabemos qué problemas pudo tener en la escuela: con sus amiguitos o quizás en la casa; denle su espacio si no quiere hablar y cuando esté más tranquilo que les cuente, esto les enseñará a que ellos deben hacer lo mismo con sus amistades.

Que siempre esperen lo mejor, esto ayudara a que el camino por recorrer sea más feliz.

No llenarle la cabeza con información que ellos aún no puede procesar sobre un mundo que aún no están listos para comprender, porque lo único que les causarán a los pequeños serán miedos e inseguridades.

Su mundo puede ser completamente diferente si los dejamos verlo con sus ojos. Tienen mayor optimismo.

Ahora que sabes esto, enséñale a tu hijo que la inteligencia emocional es poder controlar tus sentimientos y emociones con el fin de hacer lo correcto y reaccionar de una mejor manera, que sepan que cuando se les pierde o se les rompe algo valioso pueden sentir sus emociones, pero hay soluciones siempre que haya buena actitud.

Espero que estas sugerencias te sean de ayuda para que seas el apoyo que tu niñx necesite cuando tenga miedo a expresar sus emociones o no sepa cómo sobrellevarlo.

Como siempre, te deseo larga vida, salud y prosperidad.

Hasta la próxima.

Alberto Tristany Zarauza