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Hace (45) meses
Atención plena. Última parte

Foto: Especial

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Queridos lectores, el día de hoy, haré un resumen sobre lo que he estado escribiendo las últimas semanas, que es sobre la Atención plena.

¿Alguna vez has vivido la experiencia cuando el tiempo empieza a fluir de forma diferente? Notando el cuerpo completamente presente, notando la vida completamente real, notando que está ocurriendo algo extraordinario. Un momento de entrega total, de plena presencia. Notando que estás vivo, feliz y despierto. Esto es Atención plena, el arte de vivir conscientemente.

Esta técnica te hace entender por qué orientar la atención, la conciencia y la meditación te ayudan en distintos ámbitos, el más conocido es el bienestar. Cuando las personas somos conscientes nos cuidamos más, nos prestamos atención, cuidamos la salud, reducimos el estrés y nos queremos aún más, y eso también tiene un efecto positivo en el trabajo, en las relaciones y en la familia.

Así que este desarrollo de la conciencia permite mejorar la concentración y reducir los errores, otra de las ventajas es que se relaciona mejor, disminuye la agresividad y aumenta la empatía y ese coctel facilita las relaciones de colaboración.

Nos damos cuenta entonces de que al ser conscientes podemos mejorar el bienestar personal, la calidad en el trabajo y las relaciones.

El bienestar personal viene afectado muchas veces por tendencias que tenemos en la mente de dar vueltas a situaciones negativas, en Psicología se le da el nombre de rumiación y es un pensamiento obsesivo que nos genera malestar, esos pensamientos se pueden reducir con la práctica de Atención Plena ya que uno empieza a ser consciente de esos pensamientos y los va reduciendo. Mejora la gestión de las emociones y elimina la fatiga.

La Atención plena es cuando una persona está viviendo el momento al cien por ciento, es fácil decir pero todo lleva un entrenamiento y este no es la excepción. Esta práctica lo primero es tener una intención, el cerebro humano tiende a ir de una idea a otra fácilmente, así que lo primero es cultivar la intención de estar más presente y no ir tanto al futuro o al pasado; lo segundo es cultivar una actitud de amabilidad hacia la vida y hacia uno mismo, muchas veces nos enfrentamos con la realidad y creemos que luchando con la realidad se puede cambiar, las cosas que están pasando; es más fácil adaptarnos a lo que hay y, de esa forma establecer una relación para cambiar las cosas hacia el futuro. Lo último es conectar con la experiencia, la experiencia en el cuerpo y la experiencia de estar presente, lo que nos dará esta sensación es recordar el cuerpo y sentirlo, esto lo llevarás más fácil conforme lo vayas practicando.

Cierra los ojos y busca una postura cómoda, sentado, con los pies en el suelo, ¿qué sientes en los hombros, la cara, al dibujar una sonrisa? Esto cambia el proceso, concéntrate y siente tu respiración, si tu atención se va al pasado o al futuro, tráela nuevamente al presente, notando cómo tu cuerpo se va calmando, mantenlo unos minutos y puedes abrir los ojos.

Te darás cuenta que cuando realizas este ejercicio que te conecta con el tiempo presente aparece una especie de bienestar interno, relajación, como si el cuerpo recuperara su armonía. Cuando haces estos ejercicios generas una fuente de bienestar interior y esta fuente afecta también a la resiliencia: para ser resiliente hay que ser conscientes.

La generosidad y amabilidad también aparecerán de forma natural, porque cuando estamos más tranquilos, estamos en una situación de mayor agradecimiento, nos molestan menos las cosas, nos preocupamos más por los demás y somos más generosos.

Cuando somos optimistas vemos retos, oportunidades y nos fijamos en las cosas buenas que hay en la vida; cuando una persona es más consciente, mejora su percepción de la vida y de su entorno. Así que esto te genera una nueva forma de vivir.

Michel de Montaigne, filósofo francés, escribió lo siguiente:

“Cuando bailo, bailo

Cuando duermo, duermo

Y cuando camino por un bosque, si mi pensamiento se distrae hacia asuntos distantes,  lo conduzco de nuevo al camino, a la belleza de mi soledad”

Él practicaba la Atención plena a su manera y es un excelente modo para resumir que, si pierdes, pierdas con conciencia, de ahí aprenderás; si ganas a veces no te la crees; si uno juega con conciencia, se divierte; si uno descansa con consciencia, realmente descansa; el problema que a veces queremos mezclar todo, así que la clave es:

Pierdas o ganes, no te olvides que lo más importantes es vivir vivir la vida conscientemente.

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Como siempre, te deseo larga vida, salud y prosperidad.

Hasta la próxima.

 

Alberto Tristany Zarauza

 

 

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