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Hace (23) meses
Reflexionando…
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Emociones y enfermedades

Queridos lectores, el día de hoy escribo sobre la relación que existe entre nuestras emociones y las enfermedades, pues debes tener en cuenta que si aprendes a gestionar tus emociones te puedes evitar algunas, si no es que muchas, enfermedades.

Sabemos que no pueden residir en un mismo corazón el miedo y el agradecimiento, porque son incompatibles.

Si por la mañana nos fijáramos en todas esas cosas que hay en nuestra vida y que podríamos agradecer en lugar de todo aquello que no nos gusta te aseguro que experimentaríamos ausencia de miedo en nuestra vida.

La capacidad de perdonar, fácil, claro que no es, pero un corazón resentido es un corazón lleno de ira y hoy sí se puede decir que desde el punto de vista médico existe una relación directa y demostrada entre los estados emocionales y la salud.

Por supuesto que implican muchos factores, la persona más positiva del mundo, la persona con más coraje, más ilusión y más apoyo puede sucumbir ante una enfermedad agresiva; tampoco hay que forzar a alguien a algo que no quiere ser. Ahora, sí es importante conocer lo que la ciencia muestra sobre esta relación de emociones y la salud.

Sabemos que cuando estamos atrapados entre la ira o el miedo se elevan los niveles de dos neurotransmisores, uno de ellos el cortisol, al elevarse este nivel comienzan a morirse neuronas, sobre todo las situadas en los hipocampos, estructuras que controlan el centro del miedo en la amígdala a través de un tracto, centros capaces de reestructurar toda la memoria, por eso el ser humano se puede reinventar constantemente.

Sin embargo, cuando en nuestro interior existe gozo, alegría, no solo no se elevan los niveles de cortisol, sino más bien se eleva un neurotransmisor totalmente contrario: la dopamina, esta hace que sintamos gratitud, plenitud, alegría y, además, es una hormona clave en la confianza, por eso el amor te ayuda a ser valiente.

Hay dos sistemas que trabajan por debajo de la consciencia, que en su conjunto se denomina sistema nervioso vegetativo y tiene dos ramas: el sistema nervioso simpático y el sistema nervioso parasimpático. Nunca actúan de manera aislada, siempre actúan intentando equilibrarse; cuando el sistema que predomina es el nervioso simpático es cuando nos vemos en situaciones donde tenemos que sacar un montón de energía porque hay un peligro o porque hay un desafío importante, cuando se activa fundamentalmente el sistema parasimpático es momento de recuperación, lo ideal sería que activáramos solo el sistema nervioso simpático cuando tenemos que estar en alerta porque gasta mucha energía y deteriora mucho la salud al tenerlo por prolongado tiempo de manera sostenida activado; sin embargo, sabemos que, cuando somos presas de la ira, del resentimiento, de la falta de sentido en la vida y pensar que solo somos materia y te genera desesperanza que no tiene por qué serlo, afecta al sistema cardiovascular y que puede provocar hipertensión arterial, colesterol y triglicéridos. También sabemos que la alegría, la compasión, la serenidad y el equilibrio protegen al sistema cardiovascular, esto porque las dos aurículas del corazón segregan un péptido que regula el ritmo cardiaco, nos protege de la hipertensión, reduce la grasa y además tiene un efecto cerebral muy asociado con estados de paz y serenidad.

Pero si eso fuera poco, hoy sabemos que el sistema simpático y parasimpático llegan hasta los ganglios linfáticos, aquí es donde se producen los linfocitos que actúan frente a bacterias, virus y tumores; la hiperactividad del sistema nervioso simpático asociado a estados de ira, resentimiento y miedo dificulta a la generación de nuevos linfocitos mientras que la activación del sistema nervioso parasimpático favorece la producción de linfocitos, además actúa sobre el bazo, este es un centro linfoide importantísimo, no es solo el lugar donde se destruyen los glóbulos rojos viejos, es un lugar básico para eliminar bacterias, virus y tumores. También llega el sistema nervioso vegetativo, ahí hay conexiones en la médula ósea, claro que la faceta emocional y la biológica de un ser humano están conectadas porque son planos que se pueden distinguir, pero no se pueden separar, somos una unidad.

Espero que les haya gustado, y si conoces a alguien que le pueda ayudar compártelo.

Como siempre, les deseo larga vida, salud y prosperidad.

Alberto Tristany Zarauza

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