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Hace (13) meses
¿Qué se hace en México para prevenir el robo de cables eléctricos?

Eduardo Ruiz-Healy

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El cobre conduce muy bien el calor y la electricidad y se usa en la fabricación de motores eléctricos y, sobre todo, de cables eléctricos.

Su robo es un negocio en el que participan delincuentes independientes u organizados porque es fácil de sustraer de cualquier área en donde el cable está expuesto. Por su alto valor de chatarra es fácil venderlo a los chatarreros que lo pagan en efectivo y sin preguntar cuál es su origen. El cobre robado se reutiliza fácilmente para fabricar fibra óptica, cables y piezas eléctricas y de plomería de alto valor.

En Estados Unidos, el Buró Federal de Investigaciones (FBI) ha señalado que “Los ladrones de cobre amenazan la infraestructura crítica del país al robarle a subestaciones eléctricas, torres de telefonía celular, líneas telefónicas fijas, ferrocarriles, pozos de agua, sitios de construcción y casas desocupadas para obtener ganancias lucrativas. El robo de cobre interrumpe el flujo de electricidad, telecomunicaciones, transporte, suministro de agua, calefacción y seguridad y servicios de emergencia y presenta un riesgo tanto para la seguridad pública como para la seguridad nacional. Grupos organizados de ladrones están realizando robos a gran escala de servicios eléctricos, almacenes, propiedades embargadas o desocupadas y sitios de pozos petroleros por decenas de miles de dólares en ganancias ilícitas por mes. La demanda de cobre de países en vías de desarrollo como China e India está generando un sólido comercio internacional del cobre. Los ladrones de cobre están explotando esta demanda y el aumento de precios resultante robando y vendiendo el metal para obtener grandes ganancias a recicladores en todo EU. A medida que la oferta mundial de cobre continúa reduciéndose, es probable que aumente el mercado de cobre ilícito”.

En 2008, que es el último año en que pude encontrar información sobre el tema, el Departamento de Energía de EU estimó que el robo de cobre le costó alrededor de mil millones de dólares anuales a las empresas de ese país.

Es lógico suponer que el robo ha aumentado en vista de que el precio del cobre se elevó en el mercado de metales Comex, que rige los precios mundiales del metal. En enero de 2018 el precio de una libra fue de 2.31 dólares y en enero de este año fue de 4.23 dólares, un aumento de 83.1 por ciento en solo cinco años.

Ayer el director del Metro de Ciudad de México, Guillermo Calderón, informó que los robos de cables eléctricos en sus instalaciones son perpetrados por “bandas delictivas del crimen organizado” que el año pasado se robaron 14 mil 500 metros de cables con un valor de 50 millones de pesos. Añadió que los robos ocurren en áreas expuestas de las líneas 1, 2 y 3 y que hay más de 186 registros que se encuentran en vía pública de donde pregunto: ¿Qué se ha hecho para prevenir estos robos? ¿No resultaba menos caro asegurar esos más de 186 registros para reducir la cantidad de metros robados? ¿Qué medidas preventivas ha adoptado el Metro para reducir los robos? ¿Puede o debe la Guardia Nacional vigilar esos registros que están en la vía pública las 24 horas los siete días de la semana? ¿Qué se está haciendo en todo el país para prevenir el robo y reventa de cobre y castigar a los delincuentes?

Eduardo Ruiz-Healy

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