A criterio deAunard de la RochaColumnas

Pónganse de acuerdo

Ante la desaceleración del crecimiento de la economía mundial, resultado de un aumento en la inflación y de las tasas de interés, disminución de las inversiones y efectos negativos que ha causado la invasión de Rusia a Ucrania, se considera, según las perspectivas económicas mundiales del Banco Mundial, que el crecimiento de la economía mundial será de un 1.7 por ciento en 2023 y un 2.7 por ciento en 2024. De igual manera, por lo que hace a las economías avanzadas (como la de Estados Unidos), se prevé una desaceleración del 0.5 por ciento en 2023, lo que causa gran preocupación, ya que las desaceleraciones de esta magnitud han sido el antecedente de una recesión mundial.

Desafortunadamente esta perspectiva económica se puede complicar más debido a la crisis que se avecina en el sector automotriz en Estados Unidos, lo anterior derivado de la huelga del sindicato United Auto Workers (UAW).

Actualmente, el UAW solicita a General Motors, Ford y Stellantis un aumento salarial del 40 por ciento en cuatro años, argumentando que es el porcentaje de aumento que han recibido los altos ejecutivos de las mencionadas empresas, sin que hubiese llegado un aumento de sueldo al resto de los trabajadores, además el UAW solicita ajustes salariales por el costo de vida, buscando equilibrarlo con la inflación.

A partir del 15 de septiembre se inició la huelga y a la fecha no se ha llegado a un acuerdo con los fabricantes, ya que las ofertas hacia la clase trabajadora no han sido atractivas para levantar la misma, por el contrario, el número de trabajadores que han abandonado sus empleos es de un aproximado de 13 mil que están haciendo paros “rotativos”.

¿Hasta dónde llegaría la implicación económica de esta huelga? Según el Anderson Economic Group, 10 días de huelga costarían alrededor de mil millones de dólares, lo que perjudicaría a la economía estadunidense. El presidente Biden respalda las demandas sindicales, considerando que no se han repartido equitativamente las ganancias de los fabricantes.

Esta problemática no se circunscribe únicamente a los Estados Unidos, sino que causa una afectación directamente en México, ya que nuestro país es el principal proveedor de componentes automotrices. Según la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), la industria automotriz en nuestro país representa casi el 4 por ciento del PIB nacional y el 20.5 por ciento del PIB manufacturero. La Industria Nacional de Autopartes (INA), en sus Perspectivas de la Industria Automotriz en México, señaló que Estados Unidos representó el 55 por ciento de las inversiones extranjeras realizadas al sector de autopartes durante 2021, por lo que México tuvo un valor de producción de 94 mil 778 millones de dólares en dicho año, convirtiéndose en el principal proveedor de ese país. Tan solo en la primera mitad de 2023 el país capturó el 42.72 por ciento del mercado estadunidense de autopartes y componentes. Bajo este contexto, el INA estima una pérdida de 76 millones de dólares en los primeros siete días de huelga, ya que no solo somos proveedores de piezas automotrices, sino que también tenemos participación en el ensamblaje de autos.

La Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) estima que uno de cada diez empleos ubicados en la frontera norte de nuestro país está en peligro de perderse a consecuencia de esta huelga.

Estados Unidos ha tenido desde hace unos meses más de 20 paros de labores, siendo el más reciente el convocado por la UAW. Aunque no se puede asegurar, se prevé que dichas huelgas duren varias semanas dejando un grave impacto en la economía de Estados Unidos y, por ende, del resto de los países económicamente globalizados. En el caso de México, la afectación, como ya se mencionó, pudiera ser importante, ya que algunos pequeños productores podrían no soportar el impacto en su economía, pero ello dependerá de la duración de la huelga.

Habrá que estar atentos a los avances, en los próximos días, de lo que pase en el país vecino, ya que nos va a impactar directamente en la generación del Producto Interno Bruto para este año y el que sigue. Por el bien de la economía nacional, urge que los trabajadores y las empresas en Estados Unidos se pongan de acuerdo.

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