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Hace (46) meses
Poco o nada se hace para desarrollar el sector de las energías renovables
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La nueva política energética del Estado mexicano impulsará el desarrollo sostenible mediante la incorporación de poblaciones y comunidades a la producción de energía con fuentes renovables (…) La transición energética dará pie para impulsar el surgimiento de un sector social en ese ramo, así como para alentar la reindustrialización del país”.

“El gobierno federal se ha propuesto como uno de sus objetivos romper ese círculo vicioso entre postración del campo y dependencia alimentaria. Para ello ha emprendido (…) [el] Programa Producción para el Bienestar (…) orientado a los productores de pequeña y mediana escala (…) que canaliza apoyos productivos (…) y la implantación de sistemas de energía renovable”.

Las anteriores son las únicas referencias a las energías renovables que hay en el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 que el presidente Andrés Manuel López Obrador envió al Congreso el 30 de abril de 2019.

Eso indica la poca importancia que le confiere al asunto y su enorme compromiso ideológico y emocional para resucitar a dos empresas mal llamadas productivas del Estado.

Para reivindicar las decisiones de dos de sus antecesores populistas –Lázaro Cárdenas (1934-40) y Adolfo López Mateos (1958-64)– ha optado por canalizar cuantiosos recursos hacia Pemex y a la CFE y poner al frente de cada una de ellas a individuos sin la menor experiencia en esos sectores, pero que, aparentemente, le son leales incondicionales.

Además, en nombre de una supuesta soberanía, detuvo y le dio reversa a la reforma energética aprobada en 2013 por  el Congreso.

Y no solo eso, mediante decretos y otras disposiciones legales busca frenar la participación de las empresas privadas nacionales y extranjeras en el sector energético, tanto de fuentes fósiles como renovables, aunque él y sus subordinados lo nieguen.

AMLO nunca demostró una gran preocupación por el medio ambiente y como jefe de gobierno del Distrito Federal privilegió el uso del automóvil sobre los medios de transporte masivo mínimamente contaminantes.

Pese a lo anterior, sus adversarios reaccionan con sorpresa cada vez que él o algún funcionario de su gobierno actúa para que Pemex y la CFE vuelvan a ser monopólicas. Parecie-
ra que nunca analizaron sus palabras o leyeron cuidadosamente sus libros, lo cual los presenta como unos impreparados que nunca serán un contrapeso real al gobierno de la 4T.

Lo grave es que mientras Andrés Manuel pretende revivir supuestas glorias del pasado, el tiempo pasa y poco o nada se hace para desarrollar el sector de las energías renovables
que en 2019 produjeron el 22 por ciento de la electricidad en México.

El Foro Económico Mundial difundió recientemente su Energy Transition Index 2020, o ETI (Índice de Transición Energética 2020), que compara “los sistemas energéticos de 115 economías, destacando a los principales actores en la carrera hacia las emisiones netas cero, así como a aquellos con trabajo por hacer”.

En este, como en tantos índices internacionales, México ocupa una posición mediocre, en este caso, la 50.

No me sorprendería verlo en peor posición en el siguiente ETI.

El ETI 2020 puede verse en http://tiny.cc/8gnrpz .

Eduardo  Ruiz-Healy

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