· 
Hace (15) meses
Periodismo bajo fuego
Marco Moreno
Compartir:

Durante mucho tiempo se ha dicho que en México la actividad periodística se encuentra bajo asedio y no solo eso, también bajo fuego, el asesinato de los informadores es un hecho ineludible a lo largo y ancho del país.

El ejemplo más plástico es el año 2022, 17 periodistas han sido asesinados en diversos lugares, solo 12 de ellos, directamente por su trabajo, al menos es lo que han reconocido las autoridades.

Escribir noticias es un asunto peligroso para muchos reporteros en diferentes lugares del país, documentar la información, para fotógrafos de prensa, suele ser una actividad llena de riesgos, comunicar información sobre las administraciones públicas, suele, en algunos casos desencadenar señalamientos incendiarios sobre aquel que se atreve a tal cosa.

Hay, en el país, un rastro sangriento que habla del peligro que corren los comunicadores en un país que los acusa de servir a intereses ajenos a la verdad.

En México se contabiliza el 20 por ciento de las muertes de reporteros, lo que lo coloca en el nada honroso primer lugar de muertes violentas de periodistas de todo el mundo. 

Otro dato alarmante es el que Artículo 19 ofrece, los actos de hostigamiento e intimidación hacia los reporteros ha crecido en un 52% y reconoce que los principales agresores son las propias autoridades.

También el crimen organizado agrede a periodistas; también y en los cuatro años de la actual administración se han asesinado a 36 periodistas frente al estupor de sus colegas, frente al temor que recorre las redacciones, sobre todo de aquellas ubicadas en los estados con mayores indices de criminalidad y presencia de cárteles.

“Hay muchos periodistas y desaparecidos, nadie habla de los desaparecidos, al menos hay 32 periodistas desaparecidos, más los torturados, muchos periodistas que han sido silenciados, amenazados, exiliados, que se han tenido que ir del país, o dejar la profesión”. Dijo Marcela Turati en el encuentro internacional de periodistas.

Para Turati y muchos más, el periodismo mexicano se encuentra bajo fuego, a las amenazas constantes se suma la descalificación del gobierno, la minimización de los hechos y el estribillo, “vamos a dar con los responsables”.

Antes de ser arteramente asesinado de 12 balazos en Culiacán, Sinaloa, Javier Valdez dijo “le tengo más miedo, y es más fácil, que el gobierno haga algo en contra de nosotros, del periodismo que hacemos, a que lo haga el narco”.

El hecho es real, evidente, irreductible y lleno de claroscuros que hablan de impunidad y revictimización sobre las agresiones.

De hecho, Artículo 19 ha señalado de manera constante que el gobierno federal en lugar de esclarecer los casos “ha revictimizado a las víctimas e incluso han publicado información discrepante con las autoridades y fiscalías locales”.

El presidente de la república ha dicho sobre los periodistas “entonces como no pueden, pues los insultos y se sienten agredidos. Y ahí están los abajo firmantes, puro periodista del régimen diciendo de que yo polarizo”. 

De manera contundente ha dicho “¡No, politizo y lo voy a seguir haciendo en bien del pueblo porque es algo muy importante como para dejar este asunto de la información en manos del hampa del periodismo!”.

“Los periodistas necesitan protección, no ataques de las autoridades”, dijo Volker Turk, Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), al afirmar que las autoridades mexicanas necesitan garantizar la seguridad de los periodistas en lugar de atacarlos.

Dijo el alto funcionario de la ONU “de lo contrario, no solo contribuye a la autocensura, sino que fomenta la violencia contra los medios”, pero el gobierno de México ha desoído la invitación y otra vez se ha lanzado contra aquellos que considera puro periodista del régimen.

¿Por qué se agrede a los periodistas? Se han preguntado muchas veces quienes caminan las calles y buscan la información, ¿Por qué? La respuesta es una interrogante más.

El Investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM Héctor Castillo Berthier, el 16 de mayo de este año, se preguntó ¿Realmente se pensará que callando a los periodistas se modificará la realidad que vivimos? ¿Para qué sirve aniquilar la voz de un periodista?

Séverine Durin en su estudio periodismo bajo fuego, Métodos letales de coacción de la prensa durante la guerra contra el narcotráfico, hace referencia a la decisión de los medios Vanguardia de Saltillo, El Mañana de Nuevo Laredo y Zócalo, cuando tomaron la decisión de no publicar más sobre los actos criminales.

“Los tres grupos periodísticos, dice Durin, coincidieron en su línea argumentativa: la ausencia de condiciones para el libre ejercicio del periodismo y la decisión de privilegiar la seguridad de los trabajadores y sus familias sobre la información”.

¿Se calla la verdad matando periodistas? ¿Se puede esgrimir el trabajo periodístico como una campaña sin tregua, frontal? ¿Cómo una campaña feroz contra el gobierno? Habrá quienes digan que sí, habrá aquellos que justifiquen el asesinato de los periodistas como resultado de sus malas acciones.

El periodismo mexicano esta siendo agredido, el periodismo mexicano está siendo hostigado, amenazado, asesinado. El periodismo mexicano sigue bajo fuego.

 

Compartir:
Relacionados
title
Hace 24 horas
title
Hace 24 horas
title
Hace 24 horas
title
Hace 24 horas
Se dice
/seDiceGift.png
Especiales Criterio
/transformacion.jpeg
Suscribete
/suscribete.jpg

© Copyright 2023, Derechos reservados | Grupo Criterio | Política de privacidad