Nunca las aceptó y era cuestión de tiempo para que acabara con ellas. Ahora, haciéndole cambios a las leyes fiscales logrará su propósito de eliminar a la mayoría de ellas.

Me refiero a las organizaciones no gubernamentales (ONG), también conocidas como organizaciones de la sociedad civil (OSC), que nunca han sido bien vistas por el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Como candidato presidencial, en marzo de 2018 dijo: “Le tengo mucha desconfianza a todo lo que llaman sociedad civil o iniciativas independientes. El problema es que han simulado demasiado con lo de la sociedad civil, es como lo de las candidaturas independientes que son independientes del pueblo, no de la mafia del poder”.

El 14 de febrero de 2019, ya como presidente de la República, por medio de su “Circular Uno” les ordenó a todos los funcionarios de su gobierno a “terminar con la intermediación que ha originado discrecionalidad, opacidad y corrupción” y que a partir de esa fecha dejaran de transferir recursos públicos a organizaciones sociales, campesinas, sindicatos y organizaciones de la sociedad civil porque  “todos los apoyos para el bienestar del pueblo se entregarán de manera directa a los beneficiarios”.

Días antes, para justificar la reducción del 50 por ciento al presupuesto del programa de Estancias Infantiles para Apoyar a Madres Trabajadoras advirtió que “Se va a proteger a todos los niños de las estancias infantiles; se les entregará apoyo directo a los padres y madres, no a las estancias infantiles, sino directo a las niñas y niños. Ya no vamos a entregar recursos a organizaciones ni a fundaciones, para eso es el gobierno, esto debe quedar muy claro”.

En mayo de 2019 justificó que se hayan dejado de entregar 6 mil 200 millones de pesos a organizaciones sociales, porque, según él, se detectaron hechos de corrupción que nunca se molestó en demostrar o denunciar ante las autoridades judiciales.

Por lo anterior, a nadie debe sorprender que con los cambios que ha propuesto a la Ley de Ingresos 2022 busque liquidar a la mayoría de las OSC u ONG limitando la deducción de donativos que reciben en pago del ISR, poniendo un tope de hasta el 7 por ciento de los ingresos acumulables que haya tenido un contribuyente durante el ejercicio fiscal anterior.

Con esto, entre ocho y 10 mil ONG podrían dejar de percibir 8 mil millones de pesos por concepto de donativos el año entrante, lo que significaría el final de la mayoría de ellas.

El presidente insiste en que el gobierno existe para proporcionar todos los servicios que hoy dan esas organizaciones que para él son corruptas, pero ignora el hecho de que el gobierno carece de los recursos económicos, materiales y humanos para darlos. También nos quiere convencer de que ya no hay funcionarios corruptos dentro de las dependencias federales, lo cual no es cierto.

Hoy, de cada peso que reciben las ONG, 29.6 centavos los destinan para apoyar a niños, niñas y adolescentes, 8.2 a adultos mayores, 7.8 a familias, 7.8 a jóvenes, 5.8 a mujeres, 5.8 a indígenas y campesinos y 4.6 a discapacitados, entre otros destinatarios. Al dejar de percibir 8 mil millones de pesos, cientos de miles de mexicanos dejarán de ser beneficiados y deberán esperar a que los ayude un gobierno que ha demostrado ser muy ineficiente.