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Hace (36) meses
“Nos faltó muro; nos sobraron nombres”
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Eso me dijeron algunas activistas refiriéndose a la muralla de acero de tres metros de alto y 250 metros de largo que este gobierno de la 4T mandó hacer para protegerse él mismo y su Palacio Nacional.

Me quedo con esa imagen terrible y a la vez conmovedora de los nombres pintados en la frialdad del metal; de aquellas cuyas vidas les fueron arrebatadas por la violencia sistemática en un país lejos de la civilización y en la barbarie. Y es que también en el conteo doloroso tienen razón: alcanzaron a pintar los nombres de tres mil; les faltaron 5 mil más, asesinadas por el hecho de ser mujeres durante los 800 días de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. Once muertas diariamente. Por eso el dolor hecho grito en las marchas de miles de voluntades. Por eso la rabia de ellas ayer y mi rabia de hoy. Porque otra vez se pretende encapsular esta jornada en el recuento feliz de que no hubo muertas, solo heridas. Y que fracasó la violencia de aquellas que a fuerza de martillazos tumbaron parte del muro de la ignominia para quedar frente al otro cerco de policías militares. La reacción del presidente lo describe: “Se portaron muy bien las mujeres policías”; reveló que le habló Claudia Sheinbaum para avisarle que tendrían que reforzarse con agentes hombres, para que quede claro quién manda en la ciudad. Luego, en su hábitat de la mañanera de ayer, llamó a la no violencia y una vez más cuestionó la forma en que se defienden las causas de las mujeres. Un refrendo de la cantaleta sistemática y ofensiva de que las organizaciones feministas son manipuladas por ese enemigo fantasmal que él llama “los conservadores”.

Como si el propio presidente no tuviera nada que ver con las cifras horrendas de hoy. Como si no existieran otras formas de violencia como la verbal o la económica. Apenas antier El Universal daba cuenta de 11 programas de apoyo a las mujeres en áreas tan sensibles como: inclusión en las escuelas; apoyos a viudas; protección de derechos de menores; garantizar la seguridad de los mexicanos y el impulso a negocios familiares. Por lo cual, la 4T ahorró mil 400 millones de pesos. Una cantidad miserable sí se le compara con los cientos de miles de millones de costo de las quimeras del Tren Maya, la refinería de Dos Bocas o el inexistente aeropuerto de Santa Lucía. mil 400 millones que han significado una cuantiosa pérdida de recursos para cientos de pequeñas comunidades marginadas en todo el país. Así que otra vez, a la hora de aportar: primero los pobres. Y si a eso agregamos decisiones tan absurdas y lesivas como el cierre de estancias infantiles que ha golpeado inmisericordemente a madres solteras y la aberrante falta de medicamentos para niños con cáncer, tendremos una cronología de la siembra y gestación del odio por parte de este gobierno.

Por eso, me uno con toda convicción al llamado que, a través de una carta, más de 2 mil 500 activistas, periodistas, artistas y defensoras de derechos humanos hacen al presidente López Obrador: “En México se protege al Palacio Nacional antes que a las mujeres de los feminicidas y los violadores… Exigimos una estrategia nacional de seguridad con perspectiva de género… Exigimos un alto a su desdén, estamos hartas de que nos descalifique señor presidente… No somos un partido político, somos una voz colectiva”.

¿De verdad no las vas a recibir nunca Andrés Manuel? …o prefieres que tu gobierno quede marcado por las palabras proyectadas sobre tu palacio: MÉXICO FEMINICIDA.

Ricardo Rocha

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