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Hace (14) meses
Montaaccidentes
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Esta es una historia real y nada es producto de la imaginación o de una serie de televisión.

Hace unos días ocurrió en una calle de Pachuca, de esas donde las cámaras de vigilancia o no existen o no tienen tiro de vista, dirían los expertos.

Una mujer circulaba en su automóvil y de pronto, de la nada, apareció una joven corriendo y se estrelló con el auto de la conductora.

La muchacha se desvaneció y la conductora de manera responsable descendió del vehículo para auxiliar a la presunta víctima de un accidente, llamó a una ambulancia y espero junto a la supuesta atropellada y permaneció en el lugar.

No habían pasado ni 10 minutos, cuando llegaron al lugar, incluso antes que la ambulancia, familiares de la víctima y un abogado que, curiosamente ya llevaba preparados tres pagares, cada uno por 40 mil pesos, para que la presunta responsable ya no tuviera problemas con la autoridad y se resolviera con un acuerdo entre particulares, donde cada quien se quedaba con su golpe y se acabó.

La mujer que aparentemente era responsable del accidente se sintió acorralada por el abogado que apareció de manera “providencial” junto con la familia de la atropellada, para tratar de llegar a un acuerdo y en tono por momentos amenazante, quería presionar para que la conductora “que estaba asustada y sola” firmara los pagarés como un acuerdo reparatorio.

Pero qué oportuno, ¿no les parece?

Primero, que ocurra el accidente precisamente en los lugares donde no hay cámaras de seguridad o justo sea en donde no haya tiro de vista, es decir que las cámaras, si las hay, no alcancen a videograbar el momento del “supuesto accidente”.

Segundo, que una vez que se dio el accidente, los supuestos familiares lleguen en chinga al lugar del accidente con todo, antes incluso que la ambulancia para atender a la lesionada.

Tercero, que el abogado llegue preparado con pagarés por una cantidad en específico, para hacer firmar a la “responsable” que se comprometa a pagar una cantidad, arreglarse en lo oscurito y así ya no intervenga la autoridad.

Cuarto, que sea incluso con violencia como se dan estos “arreglos” después de un “aparente accidente” y que apaniquen a los supuestos responsables, para que asustados suelten hasta lo que no tienen.

Pero quizá lo más grave de este asunto tan penoso, es el hecho de que la figura de “monta accidente” y su manejo jurídico no está contemplado en la ley, así que cuando se dan estos casos, la autoridad se ve limitada.

Como no hay una evidencia, como un video, es difícil que los peritos puedan determinar que la “supuesta víctima” se arrojó al paso del vehículo para deslindar responsabilidades.

En el caso relatado, la conductora y la supuesta víctima llegaron hasta el ministerio público y ahí se concluyó que la responsabilidad era indeterminada.

Afortunadamente la conductora no cedió y no firmó los pagarés.

Pero al final, estamos ante una nueva figura de delito que la autoridad no tiene del todo contemplada.

Y los diputados que en su mayoría están degustando un conocido dulce poblado mejor ni hablar.

Mientras en las calles los conductores ahora también son víctimas de los montaaccidentes y nadie hace nada.

 

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