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Hace (46) meses
MARGUERITE DURAS
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Para Abraham e Isaac Guerrero.

 

 1: Las mujeres creen que ser cabronas es una forma de no sufrir, una mujer cabrona no tiene nada hermoso que ofrecer, son las últimas en mi lista, no queda un gramo de humanidad en su persona, no hay un grado de cordura y razonamiento en ellas, no hay tregua ni paz que limite su guerra. Una mujer cabrona es el corazón negro de lo que alguna vez fue bello, es la bruja mala del cuento, educan con temor e insultos, y en su corazón un sentimiento puro y claro se vuelve oscuro y venenoso.

2: Los verbos en futuro son sueños por cumplir, metas por alcanzar; pero los verbos en pasado simbolizan el recuerdo que deseamos olvidar, las pérdidas, los amores fracasados, el fue que ya no es… ni será.

3: Mi abuela después de 67 años de casada se da cuenta que mi abuelo no es el amor de su vida, decide irse a vivir con su hijo mayor, cansada de la vida y el amor, quizá decida ir en busca de aquel amor de su juventud, el problema primordial será saber si aún vive, en qué cementerio se encuentra, si no está casado y con hijos, si le aguarda soltero. Por otra parte mi abuelo es de esos que no saben volver, –herencia genética no adquirida por mi hermana Isi, que regresa con sus ex mas veces de las que regresa a su casa­– pero decía que mi abuelo se ha tumbado en un sillón a ver tv y comer todo el día, algunos dirán que está en depresión, y puede ser, no lo sabemos a ciencia cierta porque nos ha bloqueado de sus redes sociales y no podemos ver su estado, ojalá que la senda que ambos recorran sea responsable y no se les ocurra tener nueva familia y nuevos hijos, ahora comienza la pesadilla de cómo habrán de repartir sus hijos el tiempo con sus padres.

4: No es tener sexo lo que cuenta, sino tener deseo. Hay demasiada gente que tiene sexo sin deseo. Todas esas mujeres escritoras hablan tan mal del tema, cuando es un mundo que a una le cae encima. Yo he sabido desde niña que el universo de la sexualidad era fabuloso, enorme. Y mi vida no ha hecho sino confirmarlo. Me interesa lo que se encuentra en el origen del erotismo, el deseo. Lo que no se puede, y quizás no se debe, apaciguar con el sexo. El deseo es una actividad latente y en eso se parece a la escritura: se desea como se escribe, siempre. Marguerite Duras.

5: “Como tú, yo también he intentado luchar con todas mis fuerzas contra el olvido. Como tú, he olvidado. Como tú, he deseado tener una memoria inconsolable. Una memoria de sombras y piedras. He luchado por mi cuenta. Con todas mis fuerzas. Contra el horror de no entender ya la necesidad de acordarme. Como tú, he olvidado. ¿Por qué negar la necesidad evidente de la memoria? Escúchame. Todavía sé. Volveré a empezar. Doscientos mil muertos. Ochenta mil heridos en nueve segundos, son cifras oficiales. Volveré a empezar. Habrá diez mil grados sobre la tierra. Diez mil soles, dirán. El asfalto arderá y reinará un profundo caos. Una ciudad será destruida entonces y se convertirá en cenizas. Me encuentro contigo, me acuerdo de ti, ¿quién eres? Me matas, me das placer. ¿Cómo saber que esta ciudad estaba hecha para el amor? ¿Cómo saber que tu cuerpo estaba hecho para mí? Me gustas, qué acontecimiento, me gustas. Qué lentitud, de repente. Qué dulzura. No puedes saber. Me matas, me das placer. Me matas. Me das placer. Tengo tiempo, te lo ruego, devórame. ¿Por qué no tú, en esta ciudad, en esta noche? Tan parecida a las demás como para confundirla.” M.D

6: Tu nombre que te fue dado por tu madre / Tu nombre que se derrama en mi amarga garganta / Como una venenosa gota de miel / Tu nombre que grité bajo cada cielo / Y llorado en todos los lechos; / Tu nombre que leo / En filigrana en todas las páginas de mi infortunio / Tu nombre claro como el llanto Vertido en nosotros por uno de los Ángeles / Tu nombre, como un bello niño desnudo que se revolcó en todos los fangos; / Tu nombre, que me magulla la boca / Tu nombre con quien me acuesto / Como con un talismán; / Tu nombre como la sentencia que me condena al destierro / Tu nombre que gimoteo como una mendiga que continuaría / sus lamentos a las puertas de una ciudad en llamas; / Tu nombre donde se han posado como moscas tantas habladurías infames; / Tu nombre, que las gentes pronuncian como si fuese el de un recién llegado / Tu nombre, X del desconocido / Que eres tu mismo / Tu nombre de bautismo / Inscripto sobre los registros negros del Diablo y sobre el libro de oro de Dios / Tu nombre que nada me hará desaprender; / Tu nombre, que es junto a tu recuerdo la sola cosa que tu no puedas recobrarme / Porque cualquiera puede proferirlo bajo el cielo azul; / Tu nombre, del cual cada letra es uno de los clavos de mi pasión; / Tu nombre, el único del que me acordaré la mañana de la Resurrección. M.D.

7: Escriban sus comentarios, críticas y más críticas y nada de elogios a: [email protected]  twitter: @Vidal_Evans

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