Decir que se desmantela el sector ambiental en México, es hablar de cómo en un acuerdo presidencial, desapareció el trabajo de décadas en el que muchas organizaciones de la sociedad civil, locales, nacionales e internacionales han colaborado.
No es decir poco, asegurar que hay un desmantelamiento y un retroceso en las políticas públicas orientadas a la conservación de los recursos naturales y la eliminación de desequilibrios en el medio ambiente. Esa realidad juega no contra el futuro del gobierno, lo hace contra el futuro de las familias mexicanas que se ven sometidas a desarrollarse en regiones altamente contaminadas y devastadas en lo ambiental.
Son las decisiones adoptadas en los últimos años, las que han dejado muchas áreas de trabajo abandonadas o asimiladas a la estructura ejecutiva del gobierno.
Hay un profundo desprecio por la autonomía de organismos públicos y por las actividades que realizan y que se constituyen en cumplimiento de las propias políticas públicas en el ámbito ambiental y, en relación directa, a los compromisos internacionales que México ha adoptado en los últimos tiempos.
México, debe reconocerse como uno de los países que más contamina, no que alguien más lo diga, que lo señalen otros países, no, debe ser una declaración real, certera, ubicada en la verdad que es necesaria.
Imaginemos por un momento que, en su conferencia matutina, el presidente, asiduo a su principio de no robar, no mentir y no traicionar, asevere: “Es tiempo de reconocer, de decirlo de frente, porque yo no me callo, yo digo las verdades, las emisiones contaminantes, solo en el año 2020, han sido de 407,695 megatoneladas”.
Por supuesto, continuará afirmando: “Nos encontramos entre los países que más contaminan, eso, en un grupo de 184 países”. Sería genial, mayúsculamente genial.
Para eso debe servir la conferencia de prensa matutina, para informar el estado de las cosas públicas y los riesgos que entrañan para la población.
Pero el desmantelamiento del sector ambiental se ha hecho en silencio, lleno de frases comunes y afirmaciones que crean confusión y no se acercan a la verdad.
No se nos ha dicho que el Instituto nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC) realiza investigación científica que permite en todo momento poder dar respuesta a las necesidades ambientales del país.
Que hoy, con la reforma administrativa emprendida en el año 2021, se han puesto en riesgo estas habilidades y capacidades, no solo del INECC sino también del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) el cual ha sido también integrado a la estructura de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Esto a pesar de que el IMTA colabora en el diseño de los esquemas tarifarios y regulatorios de los sistemas de agua, entre otras actividades que son indispensables en el país.
¿Por qué el presidente no informa sobre esta circunstancia, de manera real y frontal? Es lo ideal, lo que mejor lo representa, a decir de él mismo, no mentir, no engañar.
Si frente a la realidad de la destrucción de los organismos autónomos y reguladores, solo se esgrime el hecho de que son otros tiempos, pero no se dice cuales son esos tiempos, se genera una falsa expectativa de hay una transformación de la vida pública del país.
¿De qué transformación hablamos? Las transformaciones para ser tales deben apuntar hacia la construcción de mejores estadios para el desarrollo social, para el bienestar, en todos los sentidos, si no, solo es lo mismo, administración y manipulación.
Los que dicen saber esgrimirán que en este año el sector ambiental tiene un presupuesto total de 40 795 millones de pesos, lo que representa un aumento de casi 9 mil millones de pesos, pero si lo vemos en relación con la reducción que se llevo a cabo en 2019, veremos que no alcanza, no es suficiente.
El futuro ambiental de México esta en riesgo, el cumplimiento de los compromisos adquiridos en el plano internacional se ven seriamente comprometidos por la forma en que se considera al sector ambiental en el actual gobierno.
Sin embargo, es deseable que el rumbo que ha tomado de la mano de la actual administración, cambie, se oriente nuevamente a promover el disfrute pleno de los mexicanos del derecho a un ambiente libre de contaminación y devastación, porque de esa manera se hace posible el disfrute de otros derechos humanos.
Mientras esperemos a que el presidente, se de cuenta que hay temas, verdaderos temas que se deben llevar a su conferencia matutina, los que deben ser informados a la gente sin medias tintas, sin rodeos. La mañanera sería un verdadero espacio de información al pueblo y no el patíbulo en el que se despedaza a los que no piensan igual que él.
