· Hace (19) meses
La maestra Lety y su 90% de lealtad
Salvador García Soto
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Quienes la conocen y la han tratado hablan de ella como “una mujer muy amable y de muy buen trato”; sus compañeros la definen como una militante “de lucha” y una mujer “de toda la confianza” para el presidente; los opositores y los expertos en educación le cuestionan su “falta de experiencia en materia educativa” y por tratarse más de un nombramiento que profundizará el deterioro de la SEP y la implementación de un modelo ideologizado en la educación pública.

El nombramiento de la maestra Leticia Ramírez Amaya, hasta ayer coordinadora de Atención Ciudadana de la Presidencia, como la nueva secretaria de Educación Pública cumple, en todo caso, con la máxima de López Obrador para designar a los miembros de su gabinete. “Lety”, como la llama afectuosamente el presidente, es 90% lealtad y cercanía (lo que según afirma el tabasqueño garantiza “honestidad”) y si acaso un 10% de experiencia y trayectoria en el cargo que ocupa, por sus 12 años de haber sido maestra de primaria y dirigente de las secciones del SNTE y la CNTE en la Ciudad de México.

Durante los últimos 18 años, desde 2006 en la Jefatura de Gobierno del entonces Distrito Federal, Leticia se convirtió en la “gestora” de confianza de López Obrador para atender las demandas y peticiones de la ciudadanía. Ya incluso en la campaña del entonces candidato del PRD, la maestra que desde entonces tenía vínculos cercanos con René Bejarano y Dolores Padierna, tenía una oficina en el Palacio del Ayuntamiento, un espacio que le concedió la entonces Jefa de Gobierno, Rosario Robles, para que procesara y respondiera las peticiones que le hacían en campaña a Andrés Manuel.

En las tres campañas presidenciales de López Obrador estuvo siempre cerca y, tras la caída de Bejarano, por los videoescándalos, ella afianzó su cercanía con el tabasqueño y se vinculó muy estrechamente a otro político de Tabasco: Adán Augusto López. A partir de 2018 asumió la Coordinación de Atención Ciudadana, el filtro de Palacio Nacional, por donde pasan todas las quejas, denuncias, peticiones y hasta las protestas y manifestaciones que le hacen al presidente. Desde ahí no sólo reafirmó su cercanía y lealtad, sino que se volvió una pieza clave para definir los temas y asuntos que le llegaban o no al presidente.

Su nombre para llegar a la SEP comenzó a sonar desde hace una semana. Se decía en círculos de la 4T y en algunos portales afines al gobierno, que su nominación como secretaria estaba siendo impulsada por su amigo Adán Augusto, a partir de la confianza que él sabía bien le tenía el presidente. Se habló incluso de que la propuesta de la maestra Leticia Ramírez se enfrentaba a las candidatas que empujaba la señora Beatriz Gutiérrez Müller, que quería aumentar su influencia en el gobierno y controlar la Secretaría de Educación con los nombres de María Elena Álvarez-Buylla, polémica directora del Conacyt, y con la actual secretaria de Cultura, Alejandra Frausto.

Con esos nombres y el jaloneo entre Adán Augusto y Beatriz Gutiérrez, se desechaban los otros nombres que en un principio sonaron para el relevo en la SEP: el de Juan Ramón de la Fuente, a quien veían cercano a Marcelo Ebrard, y el del subsecretario Luciano Concheiro, quien se decía vinculado a los grupos duros cercanos a Claudia Sheinbaum. Al final, el anuncio de ayer del presidente López Obrador, cuando presentó afectuosamente a la “maestra Lety”, habría dejado en claro que la posición fue para Adán Augusto, pero con un reparto de subsecretarías, según afirman en Palacio Nacional, la de Educación Básica sería para quien decida la señora Gutiérrez Müller, lo que también se ve como una concesión a Sheinbaum.

Haiga sido como haiga sido (diría el clásico), el caso es que Leticia Ramírez Amaya ya es la nueva titular de la SEP y ayer mismo recibió el despacho de manos de su antecesora Delfina Gómez que dejó botado el cargo para irse a hacer campaña al Estado de México un año antes de las elecciones para gobernador. Sin poner en duda las capacidades o talentos de la segunda maestra que ocupará el despacho histórico de José Vasconcelos, y aún si se le concede el beneficio de la duda, hay muy pocas expectativas de que doña Leticia vaya a convertirse en una gran secretaria de Educación, sobre todo por las condiciones lamentables en que recibe la SEP: con severas afectaciones al aprendizaje en la educación básica por la pandemia; con elevados niveles de deserción escolar por el mismo problema y sin planes o programas que busquen no sólo medir, sino resarcir y subsanar esas problemáticas graves que marcarán a toda una generación de niños mexicanos.

En todo caso, lo que confirma el nombramiento de la nueva titular de la SEP es que para el presidente López Obrador la educación nunca fue una prioridad y que, ante esa apatía en la que decidió poner la educación pública en manos de obedientes e incondicionales, más que de expertos, científicos o técnicos, su única apuesta en materia educativa la definieron los sectores más duros y radicales de su gobierno y no buscó jamás una mejoría o un cambio importante en los planes y programas educativos, sino un viraje ideológico que, con el pretexto de desterrar “la educación neoliberal” impondrá ahora programas de adoctrinamiento e ideologización política para los niños y adolescentes con contenidos afines a su proyecto político.

La principal razón por la que Esteban Moctezuma abandonó la SEP y fue enviado al exilio diplomático en Washington —importante sin duda, pero al final exilio—, fue porque se negó a desaparecer el programa de Escuelas de Tiempo Completo en el presupuesto de 2021 tal y como se lo pedía el presidente. “Yo no puedo eliminar un programa que funciona y que incluso está reconocido a nivel internacional, si usted quiere hacer eso nombre a otro secretario”, le dijo Moctezuma al presidente a finales de 2020. Y en febrero de 2021 López Obrador nombró a Delfina Gómez y mandó a Esteban a la embajada mexicana en Estados Unidos. Ayer, en esa misma lógica, nombró a “Lety” de quien dijo, como principal referencia, es “otra maestra”.

NOTAS INDISCRETAS…

Dicen que en la política no hay casualidades y tratándose de una mujer política como Elba Esther Gordillo menos. Ayer, tras conocerse el nombramiento de la nueva titular de la SEP, la exlideresa del SNTE publicó un mensaje en su cuenta de Twitter: “Con nuevos liderazgos, nuevos diálogos son necesarios en la @SEP_mx #Síx3: Sí a las escuelas de tiempo completo; Sí a la alimentación de lxs niñxs y; Sí al horario ampliado que brinda prosperidad familiar y seguridad”. Está claro a quién va dirigido el mensaje de la maestra, a la otra maestra que a partir de ayer despacha en la SEP y que hace algunos años, cuando Elba era la dirigente nacional, fue dirigente seccional del SNTE y luego de la CNTE; es decir, que se conocen… A punto de cumplirse dos semanas del derrumbe en la mina de Sabinas, Coahuila, anoche la tensión subió en el lugar con la denuncia que hicieron los familiares de los 10 mineros atrapados, que acusaron al gobierno federal y a su coordinadora de Protección Civil, Laura Velázquez, de no estar avanzando en las labores de rescate de sus familiares y de no trabajar por las noches con lo que se pierde tiempo vital para rescatar con vida a los mineros. La desesperación empieza a hacer presa de las familias que permanecen apostadas en la zona, sólo a un representante por familia le permiten estar cerca del pozo y a los demás los mandan a un campamento a distancia, lo que ha exacerbado los ánimos. Anoche ya había voces que pedían la renuncia de Laura Velázquez y que el gobierno llevara a mineros rescatistas de la región o incluso del extranjero para que realicen las labores. Conforme avancen las horas y los días y no haya resultados, el enojo de los familiares crecerá y en Sabinas se puede estar gestando una crisis social que rebase a las autoridades federales y estatales que han brillado por su ausencia… Por cierto, ayer el gobernador de Coahuila, el priista Miguel Riquelme, acusó directamente al director de la CFE, Manuel Bartlett, de ser uno de los responsables de esta tragedia “por su brillante idea de comprarles más carbón a los productores pequeños y menos a los grandes, lo que desató un coyotaje que terminó en la explotación de pozos o pocitos sin la seguridad necesaria para cuidar la vida de los trabajadores”. Sin duda Riquelme pone el dedo en la llaga y apunta a que las causas de esta tragedia están directamente vinculadas a las políticas de la 4T y a los políticos de este gobierno que, como Bartlett, favorecieron el crecimiento de una explotación descontrolada en pozos que no cumplieron con la seguridad necesaria y que toleró y nunca supervisó ninguna dependencia de este gobierno… Y hablando de dedos y llagas, las voces dentro de la propia 4T siguen preguntándose quienes son los dueños del pozo derrumbado en Sabinas y qué papel tiene en toda esta tragedia el senador Armando Guadiana quien, es sabido, tiene varios contratos de abastecimiento de carbón con la CFE, algunos que incluso pertenecieron a Alonso Ancira, y que tiene al menos dos minas de carbón en la región e incluso algunos pozos. El tema, dicen, es que los pozos no están necesariamente a su nombre, sino que utiliza prestanombres para explotarlos. ¿Será que entre Palacio Nacional y la CFE terminarán encubriendo a los responsables de la tragedia minera?… Los dados repiten Serpiente. Segunda caída de la semana.

 

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