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Hace (11) meses
La inocencia como instrumento
Marco Moreno
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Seguí muy de cerca una de las reuniones de trabajo encabezadas por el secretario de Gobierno. Me llamaron la atención algunas circunstancias que se presentaron en ella y que dan clara muestra de que gobernar en la transformación no es tan diferente a los demás.

Pero más allá de las formas, revisemos algunos de los dichos de esa reunión, mismos que en lo general parecieran tan simples, ingenuos e inocentes que no representarían problema alguno.

Bueno, del culto a la personalidad, ni hablar; es algo que ya hemos tocado en diversos momentos en este espacio, pero valdría la pena recuperar algunos ejemplos del hecho mismo para, plásticamente, dar cuenta de cómo se lleva a cabo.

Lo que debería ser una mesa de acercamiento a la población comenzó con una declaración política: “Desde luego que ustedes saben que estamos en un momento histórico aquí en el estado de Hidalgo después de más de 90 años de que gobernara un solo partido”, y entonces, desde ese momento, se deja en claro que hay una diferencia aun cuando esta no sea visible de manera precisa.

Dijo que llegaba la transformación y que el gobernador era quien encabezaba las legítimas aspiraciones de los hidalguenses y deja en claro que están ahí porque son obedientes.

Si, porque el gobernador del estado les dio las instrucciones muy precisas para que estuvieran al lado de la gente. Pareciera que, si no fueran muy precisas, se quedarían en el confort de su oficina, mismo que, por cierto, declaró, tuvieron que dejar.

Esto que parece hablar de la sensibilidad de un responsable de la política pública interna del estado no habla de esa sensibilidad, no habla del conocimiento que en el tema debería tener.

Pero, bueno, cosas del a transformación y sus instrucciones.

Señaló que el gobernador no puede defraudar la confianza de la gente, “y esa confianza en principio se refleja con un acercamiento directo, sin intermediarios, así como habrán de hacerse llegar los beneficios que ustedes merecen, sin intermediarios”.

Así, de manera clara, sin intermediarios, pero sin definir qué o quiénes son los intermediarios; inocentemente dejando en la reunión un llamado a no permitir los intermediarios, pero ¿a qué se refiere?, no lo deja en claro.

Y les dice a los asistentes que ellos harán uso de la palabra al final y preguntarán lo que quieran, sin obstáculos.

En ese comentario, vuelve a deslizar de manera inocente un hecho más, no necesitan a nadie, ustedes pueden hacer las cosas, en fin, el secretario, sin decirlo, pide que la gente no se organice, no se estructure en organizaciones de la sociedad civil, en organizaciones de base o de gestión de los temas que les aquejan.

Un mismo planteamiento hecho una y otra vez por el gobierno federal y retomado ahora por el gobierno local, de la misma manera que retomaron el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado, de la misma manera que imitan al anterior gobernador de la entidad de reformar la Ley Orgánica de la Administración Pública e introducir cambios de forma, pero no de fondo.

Si fuera capaz, como responsable de la política interna, promovería de manera incansable la participación de la gente, organizada, colaborativa, cooperativamente en la comunidad, en la escuela o en el trabajo para enfrentar de mejor manera los problemas que les aquejan. Si fuera.

Esos que sí saben exclamarán sorprendidos. ¿Entonces la gente no puede hacerlo sola? ¿Necesita que alguien la acompañe para poder hacerlo? Por supuesto que la gente puede hacerlo sola, sin nadie a su lado, pero también, si así lo decide, de manera libre e informada, lo puede hacer acompañada, organizada o asociada.

De hecho, en el artículo 9 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM) se establece que “no se podrá coartar el derecho de asociarse o reunirse pacíficamente con cualquier objeto lícito” y aun cuando en el caso del estado su constitución reconoce que “toda persona tiene el derecho humano a la participación ciudadana en los asuntos públicos del Estado y los municipios”.

También deja en claro que “la ley establecerá los mecanismos específicos para la participación ciudadana”.

Extraña manera de promover la universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad de un derecho humano, allá los diputados y sus visiones torpes.

Entonces, el inocente llamado del secretario de Gobierno, mientras no lo detalle y explique, implica la violación del derecho humano a la organización y a la participación en los asuntos políticos de la entidad. Y eso que es el responsable de la política interna de la entidad. Ni más ni menos.

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