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Hace (36) meses
La fortuna del fiscal Gertz
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En el proceso que Alejandro Gertz Manero mantiene contra su familia política, por la presunta omisión de cuidados en el fallecimiento de su hermano Federico Gertz, quedan aún muchas preguntas; en especial las relacionadas con el tamaño de la fortuna que, a partir de ese suceso, heredó el fiscal General de la República, la cual creció y se resguardó, según nuevas revelaciones, en los llamados paraísos fiscales.

Documentos en poder de esta columna confirman que entre 2010 y 2013, Federico —el primogénito de la familia Gertz Manero— transfirió 7.8 millones de dólares a la sede panameña del banco suizo Julius Bär, especializado en la administración de algunas de las fortunas más grandes del mundo, y sancionado el año pasado por la autoridad bursátil de Suiza por presuntamente participar en casos de corrupción y lavado de dinero relacionados con Petróleos de Venezuela (PDVSA) y la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA).

Los depósitos a Julius Bär se realizaron a través de la consultora de inversiones Operadora Invictus, con sede en la ciudad de Panamá, específicamente en el Piso 15 de la Torre Global Bank en la emblemática calle 50. La firma, que dirigía en esos años el mexicano Antonio Sacido Blasco, gestionaba la cartera de inversiones de Gertz Manero y enviaba el reporte de rendimientos que hasta septiembre de 2014 —justo un año antes de la muerte de Federico Gertz— completaban una fortuna de 8 millones de dólares.

En 2010 Operadora Invictus depositó a nombre de Federico Gertz 1.3 millones de dólares; en 2012 se registró otro por casi 6.2 millones, y en 2013 un adicional de 300 mil. Según reportes, los montos se dirigieron a inversiones a corto y largo plazo en diferentes instrumentos, con bonos en instituciones financieras extranjeras como Barclays, Rabobank, Paribas, Deutsche bank o Commerzbank, y más de 100 mil dólares invertidos en la acerera ArcelorMittal.

Cada tres meses la señora Laura Morán Servín, pareja de Federico Gertz, acudía a un edificio de la colonia Polanco, frente al Parque Lincoln, para recoger el sobre que el banquero Antonio Sacido hacía llegar a la familia Gertz. La señora, entonces de 88 años, tenía claro que al morir Federico, de 82, todos sus bienes pasarían a manos de Alejandro Gertz, pues así lo establecía el testamento que su pareja había oficializado el 5 de noviembre de 2012, mediante la escritura 91,062 suscrita ante el notario Número 40 del Distrito Federal.

Si bien el documento no es claro en detallar la dimensión de la fortuna de Federico Gertz, sí lo es en designar a Alejandro Gertz Manero como único y universal heredero. Menciona además que, ante la falta de este heredero por deceso, las siguientes en la línea de la herencia serían las tres hijas del fiscal, María de las Mercedes,

Alejandra y Victoria Samantha, todas de apellido Gertz Loizaga y así sucesivamente en su descendencia.

Para Laura Morán Servín se especificaba una pensión de 50 mil pesos mensuales, el usufructo vitalicio de una casa en la colonia Lomas de Virreyes y la cobertura de cualquier gasto extraordinario por causa de enfermedad.

Alejandro Gertz logró que la señora renunciara a todos estos beneficios, luego de que hace unos meses metió a la cárcel a su hija, Alejandra Guadalupe Cuevas Morán; además solicitó a sus nietos una carta en la que se declaren culpables por la muerte de Federico, de tal forma que se genere un antecedente judicial y se les imposibilite de reclamos de cualquier herencia.

Los sucesos parecieran más una pugna por activos financieros que por la justicia que tanto reclama el fiscal, el cual, por cierto, tiene desde 1995 antecedentes de inversiones también en las Islas Caimán.

Mario Maldonado

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