Parece inevitable que el Sindicato Único de Trabajadores al Servicio del Poder Ejecutivo del Estado de Hidalgo (Sutspeeh) viva un cambio de dirigencia, una que se metió como hongo en las paredes de la vida de los empleados del gobierno estatal.
Víctor Licona, el cacique que por 12 años ha mantenido el control del Sutspeeh, es ahora acusado no solo de favorecerse y favorecer a uno cuantos, sino de acciones poco éticas, por no decir violatorias de la ley y los derechos humanos.
El primer zarpazo se lo dio el Tribunal Estatal de Arbitraje, que le retiró la nota luego de que su adversario en la última elección lo acusara de manipular el proceso aprovechando los protocolos de salud nacidos por la pandemia de Covid-19. Pero el segundo golpe puede ser una investigación que, se dice, ya está en la Procuraduría General de Justicia de Hidalgo, donde recaban los señalamientos contra el sindicalista.
De acuerdo con el tribunal, a partir del 27 de enero de este año, el sindicato tiene diez días hábiles para realizar una asamblea extraordinaria y llevar a cabo una nueva elección.
Y como dice el dicho, esto se lo dicen a Juan para que también lo escuche Pedro, por lo que algunos dirigentes perpetuados, como Percy Espinosa, de Pachuca, o Sonia Ocampo, del sindicato de la Secretaría de Salud, deberían tronarse los dedos de la preocupación, pues seguramente habrá consigna de acabar con este tipo de cotos de poder.
PAYASADAS: Dicen en la Secretaría de Desarrollo Económico que Hidalgo es primero en crecimiento económico y uno se pregunta, por la calentura de informar algo que, en primer lugar, sucedió en el anterior gobierno, y en segundo, los ciudadanos nomás no lo vemos. Ojalá que este gobierno no le gane las ansias de validación y se dediquen a sacar a adelante al estado y no a vender espejos.
