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Hace (46) meses
La aritmética de las caídas económicas
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¿Cuánto se contrajo el Producto Interno Bruto (PIB) de México el trimestre pasado (de enero a marzo de 2020)? Unos dicen que 2.4 por ciento, otros, que 1.6 por ciento. ¿Cuánto el PIB de la Unión Europea? Unos dicen que 2.7 por ciento, otros, que 3.5 por ciento. ¿Cuánto el PIB de Estados Unidos? Todos dicen que 4.8 por ciento. ¿Quiere decir lo anterior que fue la economía de Estados Unidos la que tuvo la mayor caída entre las tres? No, de hecho, la economía estadunidense fue la que menos cayó. En la columna de hoy trataré de esclarecer, si usted me lo permite, el acertijo anterior.

El PIB representa el valor monetario de todos los bienes y servicios finales producidos durante un periodo dado. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) estima el PIB de cada trimestre y “anualiza” esa estimación multiplicándola por cuatro. Esa aparente falta de rigor no es un problema, pues cuando el Inegi tiene que dar la cifra anual del PIB simplemente suma las cifras trimestrales y las divide entre cuatro. Tampoco es un problema el hecho de que los precios hayan cambiado a lo largo del periodo, pues el Inegi estima todo en términos reales (libres de inflación). Además, “desestacionaliza” los datos para poder comparar el PIB de un trimestre con el de otro sin que haya una discrepancia estacional de por medio (por ejemplo, la caída natural del PIB en Semana Santa).

Volviendo ahora a dos de las cifras mencionadas al inicio, las caídas anualizadas de 2.4 por ciento del PIB de México y de 2.7 por ciento del PIB de la Unión Europea son el resultado de comparar, de manera correcta, el PIB del primer trimestre de 2020 con el del primer trimestre de 2019. Pero, ¿qué hay con el dato de Estados Unidos? Bueno, como en el caso del sistema métrico decimal, el cual casi todos los países usan excepto ellos, su gobierno no emplea así los datos trimestrales y se centra en la comparación entre trimestres contiguos.

Eso también lo hacen México y la Unión Europea. De hecho, las caídas de 1.6 por ciento y 3.5 por ciento, citadas también al inicio, corresponden a las que tuvieron las dos economías respecto a su PIB del último trimestre de 2019. Pero entonces, quizás pregunte usted ahora, ¿se contrajo la economía de Estados Unidos de un trimestre al otro en 4.8 por ciento? Pues no, resulta que nuestros vecinos, siempre tan especiales, anualizan los cambios en los trimestres contiguos. La caída de un trimestre al otro fue en realidad del orden de 1.2 por ciento. De allí que hayamos afirmado al inicio que la economía estadunidense fue la que menos cayó.

Parecería, por cierto, que ese 1.2 por ciento es meramente el resultado de dividir entre cuatro ese 4.8 por ciento. Si usted lo pensó así, no está solo, muchos especialistas en México así lo afirman. Pero en realidad lo que hace el Bureau of Economic Analysis (BEA), el Inegi de ellos, es un cálculo de tasa compuesta pensando como si esa contracción trimestral se repitiera tres veces más. Si usted no está ya aburrido, aquí le va ese cálculo. Según el BEA, la caída precisa en ese trimestre fue de 1.22 por ciento (0.0122). Esto puede pensarse como si la producción de ellos se hubiera reducido de 1 a 0.9878. Multiplicando este último número por sí mismo tres veces más se llega a la cifra redondeada de 0.9521. Es decir, en cuatro trimestres habría una caída del PIB de 0.0479, la cual el BEA acabó simplificando como 4.8 por ciento.

Esa manera de presentar los datos magnifica artificialmente tanto las alzas como las bajas. Ya puedo imaginar el soponcio que sufrirá el señor Trump cuando, en tres meses, el BEA estime una caída anualizada de su economía cercana al 25 por ciento. Una caída que parecerá erróneamente mayor a la que, sin anualizar, presentará aquí el Inegi. Aunque, por desgracia, la caída real de nuestra economía será con toda seguridad mayor.

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