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Hace (22) meses
Y los periodistas, ¿cuándo?
Corrupción, ¿cuál?
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De ser ciertas las tendencias electorales, el próximo 5 de junio, Hidalgo festejará un paso muy significativo en su vida democrática: podrá disfrutar de una alternancia en la gubernatura, algo negado por más de nueve décadas, desde tiempos de Bartolomé Vargas Lugo.

Al menos, en teoría, se abre la posibilidad de tener una administración estatal asentada sobre una base moral y confiable, que de ser cierta habrá reglas claras sobre el juego, desde la transparencia de una licitación hasta el cumplimiento de un compromiso de campaña.

El ánimo que existe en la sociedad hidalguense se ha convertido en festivo desde el momento en que las diferencias porcentuales de aceptación se alejaron paulatinamente hasta prácticamente dar el dos por uno.

Cada hidalguense, desde su ámbito laboral, aspira crecer sobre un andamiaje jurídico y normativo que descarte las ventajas para aquellos que se encuentran cercanos a quienes ejercen la administración pública, evitando con ello diversas prácticas.

Por citar un caso personal, los periodistas de Hidalgo hemos pugnado, sexenio tras sexenio, por contar con una ley de protección que brinde las garantías mínimas para un ejercicio pleno de libertades, sin tener que guardar investigaciones o hallazgos informativos tan solo porque no existen las garantías mínimas de seguridad.

De ninguna manera es de gratis que temas de trascendencia nacional sean abordados de forma frontal por periodistas de otras latitudes y en contadas ocasiones por hidalguenses. En lo local, están identificados los generadores de violencia y muerte en estos giros negros, razón suficiente para no abordarlos con la libertad que se quisiera.

Aun a pesar de muchos, el chip priista también se instaló durante más de 90 años en la forma de actuar de los periodistas en Hidalgo, que ya bien conocen quienes y cuales son temas prohibidos, algunas veces por intereses de los dueños de los medios, o bien, por significar un grave riesgo “para el que investiga y escribe”.
La libertad de creación se achata cuando existen factores que impiden un pleno ejercicio periodístico en los temas que realmente sirven a la ciudadanía.

El boom de las páginas informativas en la web o solo en el Facebook también abrió la puerta para que muchos que sirven a intereses políticos se mimeticen y se hagan pasar por periodistas, pese a que sus materiales no cumplen con el mínimo rigor de veracidad, claridad e imparcialidad.

Un gobierno más fue incapaz de regular los mecanismos de defensa para los periodistas que tienen sumada a su ley a los protectores de los derechos humanos, aunque ellos tengan una actividad muy distante por su propia naturaleza.

La ausencia de un reglamento ha impedido por más de diez años aplicar este ordenamiento legal, como producto de la desidia legislativa y el desinterés de los gobernantes.

En esta nueva etapa democrática del estado existe la esperanza de echar andar esta ley, más cuando el número de asesinatos de periodistas aumenta sin que exista al menos un titular de la fiscalía especializada para atender las agresiones.

Entonces, cada gremio aspira a tratos justos, a la existencia de reglas claras y concretas que permitan una competencia sana, un fortalecimiento de los medios de comunicación en una justa medida, alentando la capacitación y el desarrollo de un mejor periodismo al servicio de la gente.

Nimiedades: Urge una auditoría al Tuzobús y a sus rancheras aplicaciones obligadas de los taxistas, pues consideran que las ganancias, en ambos casos, fueron cantidades de más de seis ceros.

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