Aquel martes 21 de noviembre de 2000 no pasaban de las siete de la noche cuando se escucharon cuatro disparos en el comedor del Ceuni. El cuerpo del criminólogo Juan Pablo de Tavira yacía tirado junto a la mesa en donde cenaba tras un evento de la UAEH. El autor material desapareció sin dejar huella.
A 23 años de distancia, por fin, trasciende que ese furtivo asesino fue pagado por el Güero Palma Salazar, connotado integrante de la delincuencia organizada en el país, quien con este señalamiento se ganó un nuevo proceso en el Cefereso del Altiplano.
Hidalgo ha pasado desapercibido para la delincuencia organizada, según la percepción de los exmandatarios Fayad Meneses, el Pellizcos Olvera, Osorio Chong y Núñez Soto, quienes negaron en todo momento cualquier indicio.
Hace unos días, la organización Data Cívica hizo pública una base de datos recuperada de los informes militares hackeados por los activistas de Guacamaya Leaks que muestran los estragos de la guerra contra el narcotráfico emprendida por el gobierno federal en tiempos de Felipe Calderón.
Tan solo en Hidalgo fueron 587 homicidios vinculados a la delincuencia organizada durante el periodo 2017-2020, dato que revela conductas, como que la mayoría de estos crímenes se cometieron con pistolas nueve milímetros, fusil M-15 y cuernos de chivo.
Menos afortunados fueron los 17 que murieron calcinados, otros 55 torturados y 29 más mutilados, según los reportes militares.
Dentro de este compendio del crimen, Tezontepec de Aldama logró el primer lugar en crímenes en este periodo al reportar 76 de ellos, seguido por Tula, con 70 casos; Ixmiquilpan, con 40; Nopala, con 39 casos, y Tizayuca, con 36.
Estos números, según explica la organización no gubernamental Data Cívica, se obtuvieron de los reportes que de la guerra contra la delincuencia organizada lleva el Ejército Mexicano y detalla lugar y fecha del crimen, tipo de arma, si fue por algún grupo de la delincuencia organizada, entre otros detalles.
Por ejemplo, confirman que la presencia de los cárteles es mínima en comparación con otras entidades. De los 587 homicidios al menos 15 son atribuidos a ataques del Cártel Jalisco Nueva Generación; cuatro por Los Zetas y otros, como Los Traileros y los Japoneses.
A lo largo de cuatro años, durante los enfrentamientos con las fuerzas castrenses y policiales fueron detenidas 52 personas.
Hidalgo, por fortuna, se encuentra en la posición número 18 a nivel nacional en cuanto a la presencia de este tipo de crímenes, además que no cuenta con una pertenencia hacia a determinado grupo criminal.
Conforme a los mapas, la mayor incidencia de estos crímenes se encuentra ligada a las zonas donde se trafica de manera ilegal con combustibles robados a Pemex, con excepción, por ejemplo, de Ixmiquilpan, en donde no existen ductos, pero sí violencia.
Son 18 los municipios que, al menos en estos cuatro años, no reportaron muerte alguna con estas características, según los reportes militares.
La justicia para los deudos de Juan Pablo de Tavira, sin duda, será un respiro para su familia, que desconocía las causas directas, aunque ya tenían conocimiento de las amenazas de muerte que le hizo en su momento Rafael Caro Quintero y el mismo Chapo, durante sus estancias en el Cefereso de donde la víctima fue titular.
NIMIEDADES: Los presidenciables cobran mayor notoriedad en Hidalgo con eventos y visitas, dejando claro que el canciller Marcelo Ebrad cuenta con la simpatía de los priistas recién metidos a la izquierda, mientras que la jefa de gobierno Claudia mantiene los estándares de los viejos militantes opositores del prianismo.
