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Hace (21) meses
Hidalgo, un quinto letal
Corrupción, ¿cuál?
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Ahora que andamos cosechando reconocimientos por el mundo, la Secretaría de Salud, al concluir sus cuentas, nos otorgó el quinto lugar nacional, pero de letalidad por covid.

Esto nos dice que, por cada 11 pacientes positivos, uno moría irremediablemente en el sistema de Salud hidalguense. De acuerdo a esa instancia federal, el grado de letalidad promedio en México fue de 5.35, una cifra muy por debajo del 8.53 que mostró nuestra entidad.

Y cómo no vamos alcanzar esa posición, si fallecieron 8 mil 427 personas, una cifra equivalente a los habitantes de Mineral del Chico.

La semana anterior vimos cómo los hospitales habilitados para atender este mal fueron paralizados, incluso con pacientes adentro. Tal fue el caso de Actopan.

Junto a ello, vimos con tristeza que los que nos salvaron, los que no dormían, los que lloraban su impotencia por no salvar a un paciente, los que abandonaron a su familia para no contagiarla, los que vieron morir a sus compañeros, los que chambearon horarios infinitos sin peros estaban allí, cansados, a mitad de carretera, pidiendo el derecho inalienable de tener trabajo.

Muchos de ellos, que decidieron por voluntad propia ponerse en primera fila sin importar su vida misma, tenían al menos la esperanza de reacomodo laboral, querían seguir salvando vidas en esta quinta ola que ya nos agobia, pero no: toparon con una administración fría e inhumana.

Las erratas del arranque del programa preventivo, el gasto en insumos onerosos, los contratos millonarios a los cuates, la fiesta publicitaria de actos intrascendentes y la ausencia persistente de información, sin duda, fueron las primeras fallas del sistema para permitir que el grado de letalidad aumentara.

Todo ello, junto con una errática estrategia que incluyó el cambio del secretario del ramo a mitad de crisis. Justo cuando no existían medicamentos suficientes o tanques de oxígeno en el sistema hospitalario colapsado presumiblemente por una ineficacia administrativa.

La notoriedad real la alcanzamos con esta quinta posición del estado más letal, no justamente con inflar un hospital en medio de un transitado bulevar para atender de un mal tan inesperado e inexpugnable como todavía es el covid.

Pero eso, sí, también gastamos en investigación y junto con países de primer mundo íbamos a encontrar la fórmula mágica, incluso hasta metiéndolo en un sincrotrón que quedó en el imaginario de la burocracia estatal.

La herencia sexenal en materia de salud es lamentable, tan solo soportar ese sindicalismo trasnochado al más viejo estilo priista que no solo es dañino a la administración pública, sino también a la clase trabajadora que dice proteger.

Una estructura burocrática anquilosada que requiere espabilarse ante los escenarios poco favorables en materia de salud pública; decenas de pequeños centros de salud cerrados y esa eterna carencia de medicamentos.

Y, sobre todo, valorar la capacidad de respuesta de las decenas de médicos que fueron vergonzosamente despedidos.

Nimiedades: Nueva Alianza le apuesta a la democracia, pero en el seno de la Sección XV del SNTE, otros son sus intereses.

 

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