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Hace (12) meses
El perdón y su importancia

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Querido lector, el día de hoy quiero compartir contigo este artículo sobre el perdón, comenzando con esta frase: “El perdón une, el rencor separa”.

Siempre se nos ha dicho que practiquemos el perdón.

Desde niños, si dañábamos a alguien, nos decían: “pídele perdón”. No se trata tanto de pedirlo, sino que, dentro de nosotros, sepamos manejar las emociones y no permitir que lo que otra persona haga que nos quite la tranquilidad”.

Algo que puede ayudar es no tomarnos las cosas personales y pensar que, “no es a ti a quien te lo están haciendo, sino que se lo haría a cualquier persona que pudiera”.

No es fácil perdonar cuando nos han herido profundamente, o cuando alguien ha hecho algo que nos ha perjudicado.

Sin embargo, no nos damos cuenta de que cuando no perdonamos muchas veces sufrimos mucho, más que, quien nos insultó, o nos dañó en primer lugar (porque somos nosotros quienes cargamos con el resentimiento), el coraje y la tristeza en nuestro corazón, mientras la otra persona “anda por ahí en la vida como si nada”.

No se trata de que queramos que le suceda algo malo o pensar en vengarse, porque la justicia divina, el karma, la vida, o en lo que creas, ya se encargará. No nos corresponde a nosotros juzgar o castigar.

¿Puedo perdonar a alguien que ni siquiera me ha pedido perdón? La respuesta es sí. Si se puede, mientras tú no guardes el sentimiento de odio, desprecio o rencor hacia el otro, y te liberes de él para poder seguir viviendo tu vida como deseas.

Hay una frase que dice: “Perdonar no es olvidar, sino recordar sin que nos lastime”.

Robert Enright explica que: “el perdón es ese regalo silencioso que dejas sigiloso en el umbral de la puerta de aquellos que te han hecho daño, aunque no te lo hayan pedido”. Y esto puede parecer o decirse fácil, porque cuando se lleva a la práctica ya no lo es tanto, pero, ¿sabes algo? Es aún más difícil ir por la vida con heridas abiertas que no sanan ni te permiten ser feliz, creyendo que la mayoría de la gente es mala o que te van a lastimar.

Los pasos para perdonar:

Aceptar el daño causado, tal como es
Hay que saber que perdonar no es reconciliarse; hablar, condonar o absolver a la persona. Ni siquiera es olvidar.
Entender a la otra persona. Desarrollar empatía para comprender. Saber que lleva a la persona a actuar así.

Compasión

Encontrar sentido y propósito a lo sucedido.
La importancia de perdonar no es siempre porque se lo merezcan o no, sino más bien, porque somos nosotros mismos quienes nos merecemos liberarnos de todo aquello que nos pese y que nos hace daño; a veces lo más irónico es que cuando nosotros nos equivocamos, o lastimamos a alguien y nos arrepentimos; lo que más queremos en ese momento es el perdón de esa persona sin pensar que muchas veces no damos justo eso que nos gustaría recibir. Queremos que nos perdonen sin nosotros querer perdonar ciertas cosas. Da lo que quieres recibir, así de simple.

Perdonar no significa:

Reconciliarse con la persona que nos ha causado sufrimiento. Ni que tengamos que buscar a esa persona o hablar con ella.
Perdonar no resta importancia a la ofensa, ni libera de responsabilidad a quien causó el daño. No es absolver a la persona que ha causado la ofensa de responsabilidad

Olvidar lo que pasó

Pero te ayudará a reducir el estrés. A menor depresión y ansiedad, mejora del sueño.
Perdonar un día hace que estemos más felices al día siguiente y mejora tu estado
de ánimo.
El rencor construye barreras que separan y es ahí donde el perdón construye puentes de amor que unen; perdonar es de personas valiosas, que saben ver el valor de una vida sin resentimiento y que aprecian los frutos de actuar desde el amor.
En esta vida, perdonas en la medida que amas.
Como siempre, te deseo larga vida, salud y prosperidad, y que este artículo te sea de mucha ayuda.

Hasta la próxima.

Alberto Tristany Zarauza

 

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