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Hace (15) meses
El millonario huachicol
Corrupción, ¿cuál?
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Hace algunos años, un comandante de Seguridad Pública confió que la lucha contra el huachicol era prácticamente una simulación en Hidalgo, porque se tenían que cuidar los intereses de personajes de la política, funcionarios y claro está, a sus propios jefes.

Con la llegada de un nuevo régimen, esos mismos policías se han visto obligados a combatir ese grave mal que se encuentra incrustado en la economía de los hidalguenses, en sus hábitos y en torcido anhelo de progreso.

Conforme a cifras manejadas por Petróleos Mexicanos, la industria del huachicol en la entidad genera 50 millones de pesos diarios, lo que significa una cantidad suficiente para quebrantar cualquier ley o norma social.

En lugares como Cuautepec, es cotidiano escuchar a muchachos de 19 o 20 años alegando sobre el color de un auto nuevo, o bien, sobre su destino de playa para el próximo mes, situaciones que una economía real como la de ese municipio no les alcanza a brindar.

Sin embargo, allí está el dinero que huele a gasolina dispuesto a ser gastado a manos llenas en frivolidades. Este es un claro espejo de la realidad que se vive, en donde los gritos y manotazos de las madres ya no son suficientes para hacer entender a sus hijos que vivir a costa de un acto ilícito siempre tiene graves consecuencias.

Tan sólo de enero a septiembre de este año, la petrolera denunció 3 mil 905 piquetes a los ductos que cruzan los 17 municipios en su travesía de Puebla hasta Querétaro. Esto nos muestra la gran actividad que registran los picadores de las líneas y todos aquellos inmiscuidos en el negro negocio.

Sin duda, Cuautepec se encuentra al frente de la lista, seguido por Ajacuba y Atotonilco de Tula, lugares en donde los índices delincuenciales van en aumento.

Este delito que dispersa 50 millones de pesos diarios, sin duda se ha convertido en el sostén de una economía de ficción que sostiene sueños efímeros de unos cuantos.

Aquí lo interesante es conocer las líneas de mando en este ejército de huachicoleros que lograron crear las suficientes defensas para convertirse en intocables por largos años, tan sólo porque la mano de policías y funcionarios estatales y municipales eran siempre evidentes.

Lo mismo sucedía hacía el interior de la refinería Miguel Hidalgo de Tula, la gerencia de ventas de Pachuca y todos los encargados de los más de 300 kilómetros de ductos existentes en Hidalgo. Porque justamente ellos, eran los responsables de hacer las alertas y denuncias de la baja de presión en las líneas de conducción.

Por fortuna, vemos que se intensifica el combate a este mal que tiene colocado al estado en el primer lugar a nivel nacional, para vergüenza de las nuevas generaciones.

La policía estatal, con nuevos mandos y algunos que se han perpetuado, están obligados a presentar resultados, porque de otra manera tendrán que dimitir.

El daño social de este delito, no sólo lo vimos en el estallido de Tlahuelilpan, también se ve reflejado hacía el interior de los hogares en donde su economía va de la mano con una garrafa de huachicol.

Nimiedades: Que haya paz y felicidad en esta navidad para todos, aunque por desgracia no alcanzará para muchos priistas que por vez primera estarán en la cárcel o tendrán un amargo fin de año.

 

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