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Hace (24) meses
De dientes pa’fuera
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Cada vez suenan más huecas esas frases de “respeto” a las mujeres, y si nos referimos al comportamiento de los hombres, sobre todo en comunidades marginadas, esas palabras de plano no existen.

Historias de maltrato, de humillaciones, de golpes y hasta de asesinatos sobran, así que la historia de Diana les va a parecer algo común.

Diana es una joven mujer que un día tuvo la desgracia de encontrarse con un hombre borracho y golpeador, como existen muchos en Hidalgo.

Resulta que este sujeto, que por cierto es hijo del secretario municipal de Agua Blanca, también es un baquetón, huevón y zángano. El pasado 7 de febrero le mandó un mensaje a Diana, su esposa, amenazándola para que no regresara a la casa porque ya no la iba a dejar entrar y, además, le dijo que se olvidara de su hija porque no la iba a volver a ver.

Diana, alarmada, tuvo que pedir permiso en su trabajo y salió corriendo a la casa de sus suegros, donde vivía con su pareja; al llegar, efectivamente, el huevón y ojete marido ya no la dejó entrar, ni para ver a su hija ni sacar sus pertenencias.

Desesperada y solo con lo que llevaba puesto, Diana acudió a las autoridades a pedir ayuda y de inmediato se activaron los mecanismos para la restitución de la menor con su madre.
La juez obsequió una orden de cateo en el domicilio del sujeto para que entregara a la menor y ¿qué creen que pasó?.

Cuando llegó la actuaria al lugar abrió la puerta nada menos que el padre del huevón y zángano, quien se identificó como Ignacio Trejo Ramírez y le comentó a la actuaria “que su hijo se estaba bañando, pero que en un momento salía”.

El tiempo pasó y el huevón, zángano no salió. Según refiere la señora Diana, el sujeto huyó por la parte trasera de la casa, saltó la barda con la niña y después abordó una patrulla municipal que justo estaba en el momento del cateo.

Ante esta situación, la jueza que lleva el caso emplazó al padre de la menor para que acudiera a una audiencia, pero no hubo respuesta.

Pero eso sí, el sujeto que no tenía dinero porque no trabajaba ya tiene un abogado que es su tío, y el abogado amedrentó a la madre de la menor asegurando que “le hiciera como quisiera, que jamás iba a encontrar a la niña”.

El proceso continúa y en dos meses que la señora Diana lleva buscando a su hija tuvo que dejar el trabajo y los desplazamientos de un lado a otro, además de acabarla anímicamente, también la dejó sin recursos y son sus familiares quienes la sostienen en esta larga y tortuosa carrera contra el tiempo.

Un segundo cateo fue ordenado por la jueza, ahora en la casa del abogado donde le habían dicho a Diana que estaba su hija, pero nada, la niña tampoco estaba ahí.

Con los antecedentes de alcoholismo y violencia de su esposo Diana teme por la seguridad de su hija y con lágrimas en los ojos nos comentaba “yo cómo sé que mi hija está con vida o que está enferma o si come bien” y lo peor, lamenta que sean las autoridades del municipio, quienes deberían velar por la seguridad de los ciudadanos, las que violenten la ley y encubran y permitan el uso de los recursos del municipio de Agua Blanca para proteger a un sujeto que impide que una menor de tan solo dos años permanezca cerca de su madre.

En estos dos meses de incansable búsqueda Diana reconoce el actuar de las autoridades del Tribunal que la han acompañado en esta investigación y solo pide que su hija regrese a su lado.
Después de conocer la historia de Diana y su pesadilla de enfrentar a un borracho, golpeador, huevón y zángano, que vive protegido por su padre que además es una autoridad, entendemos que las frases de “respeto para las mujeres” valen para una chingada y así ni pensar en cambios en Hidalgo.

Espero sus comentarios Fb; bertha alfaro

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