Adalberto Peralta fue mi amigo por 30 años y ante su partida y tratando de honrar a un hombre sabio, citaré al Pedagogo Paulo Freire.
“No siempre es fácil sepultar a nuestros muertos. Sin embargo, solamente en la medida de que asumimos su ausencia, por más doloroso que nos resulte hacerlo, la presencia de la ausencia, el dolor de la falta, va menguando, mientras que, por otro lado, nos vamos volviendo más capaces de volver a ser plenamente nosotros mismos.
Nadie que sufre una pérdida sustancial continúa siendo el mismo de antes. La reinvención es una exigencia de la vida”.
Cartas a Cristina.
Hasta siempre, Adalberto.
Hace unos días se anunció que habría una revisión y auditoría de la obra del puente atirantado que con bombo y platillo se inauguró en la parte final de la administración del exgobernador Fayad.
Primero llamó la atención el puente ya terminado, incluso fue escenario para la grabación de anuncios publicitarios y la verdad es que da el gatazo de lejos, pero para quienes lo tienen que usar a diario, el enamoramiento pasó rápidamente.
Nada menos en las horas pico, las filas de autos son descomunales y cruzar por abajo del famoso puente es toda una proeza.
Entre que la cultura de los conductores de Pachuca deja mucho qué desear, porque no han entendido que quien está dentro de la glorieta tiene la preferencia, y los pasos para peatones justo debajo de los puentes no sirven para ni madres: se hacen tremendos nudos de autos y los ciudadanos se juegan la vida para cruzar frente al Cenihes. La obra ha resultado un fiasco.
Imagino que los diseñadores y arquitectos de tremenda obra no sabían y nadie les explicó que hay personas que cruzan por las calles que están abajo del puente, además de que la pequeña calle para incorporarse al bulevar Felipe Ángeles es insuficiente para desfogar el tráfico de vehículos.
Y si eso no fuera suficiente, bajando el atarantado, perdón, atirantado, una contención de cemento impedía la entrada o salida de vehículos, situación que resolvieron parcialmente, eliminándola, pero el desmadre continúa, porque redujeron a un solo carril la circulación. ¡Brillante idea! Así que en poco resolvió este adorno, que reconozco se ve bonito de noche.
Lo curioso es que esta obra que representó una megalana no resultó del todo eficiente para la movilidad, sobre todo en el centro de esta ciudad que poco a poco se está convirtiendo en un dolor de muelas para los que circulan de un lado a otro de Pachuca.
Así que el famoso ahorro de tiempo de recorrido de 45 a 15 minutos solo sirvió de publicidad, pero poco eficaz.
Sin olvidar a los ciudadanos de a pie, esos que diariamente hacen viajes de un lado a otro en el transporte y justamente en la antes glorieta 24 Horas hacen cambio al Tuzobús, esos sí que son audaces al cruzar debajo del puente, rogándole a todos los santos llegar al otro lado sanos y salvos.
¿En algún momento los geniales arquitectos de esta obra habrían hecho proyecciones de la movilidad de personas?
Imaginamos que no o que les valió madre y sin el menor remordimiento, y un chingo de lana en los bolsillos, se fueron a fastidiarle la vida a otros estados que ingenuamente los contraten o sean recomendados con sus respectivos moches.
Y mientras, los ahora encargados de la revisión de las cuentas y las obras aseguran que ahora sí van a ser rigurosos en las auditorías y castigarán a los responsables.
