Campañas y otro tema
 
Hace (35) meses
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Estaba reuniendo la información necesaria para hablar de las insípidas campañas que realizan los candidatos a diputados federales y locales, sí, los mismos que prometen una serie de medidas que permitan, según ellos, mejorar la calidad de vida de sus representados.

Me llamó la atención esta recurrente promesa que raya en la aspiración de un corazón amante de la justicia y el bienestar, pero promesa al fin.

Estoy convencido: lo mejor es que cada uno se comprometa a revisar minuciosamente el marco jurídico legislativo que da pie a la construcción de políticas públicas, para que en verdad traigan bienestar y progreso a la gente que pretenden representar.

Pero a eso le llaman gestión y técnica legislativa, de la que, al parecer, los candidatos a diputados carecen.

A los candidatos no les interesa mejorar esa parte en función del pueblo y su postura ha permitido, históricamente, abusos legislativos por parte de mayorías, pero también ha dejado la puerta abierta para que el Poder Ejecutivo acose y abuse del Poder Legislativo mismo.

Bueno en ello estaba cuando me doy cuenta que en la capital del estado están sucediendo dos cosas, que merecen la atención: el relleno sanitario del Huixmi y la concesión del servicio de recolección de desechos por un periodo de 20 años. Vale la pena agregar la pérdida consensuada entre ayuntamiento y gobierno local de áreas verdes en la ciudad, pero este será tema para otro momento.

Es claro que cuando se gobierna se hace buscando el bienestar común, se coloca el interés general de la población por encima de los personales. Sin embargo, las últimas acciones del Poder Legislativo, dejan en duda que en verdad persigan ese interés general. Pero, hay otro tema. El relleno sanitario del Huixmí y la decisión del ayuntamiento de buscar concesionar la gestión de los residuos de manera por un periodo de 20 años. No solo por el periodo de gestión de la actual administración sino más allá de su conclusión.

Esa búsqueda de las administraciones municipales, apoyada por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Secretaría de Medio Ambiente y recursos Naturales del estado de Hidalgo (Semarnath), es la constante, de las administraciones municipales, a pesar de los desastres que las empresas han generado en la gestión.

Inadecuada, la decisión del ayuntamiento capitalino de entregar en concesión la gestión de los residuos cuando ha sido, históricamente, como institución, incapaz de solucionar el problema que representa el tiradero municipal del Huixmí, al que artificialmente le han alargado el tiempo de vida útil, en detrimento del bienestar de la población.

Hay antecedentes de la mala gestión de los residuos, hay claras muestras sobre las empresas y su ineficiente trabajo e incapacidad para cubrir al cien por ciento el sistema de recolección y gestión.

Pero además de ello, al supuesto relleno sanitario han llegado todo tipo de residuos, no han sido correctamente gestionados y eso ha reducido la capacidad de las celdas que se han construido.

Es claro que si el ayuntamiento tomará en sus manos la gestión de los residuos, la cual es su responsabilidad constitucional, podría elevar los ingresos del municipio de manera sustantiva; negarlo, es solo mostrar la incapacidad para mirar lo que sucede con los residuos en el municipio.
Porque los residuos que el ayuntamiento es incapaz de gestionar un grupo de pequeños emprendedores los ha usado para comercializarlos y obtener recursos económicos. Aquí es válido referir que la basura del ayuntamiento es la riqueza de algunos otros.

Es claro que, durante mucho tiempo, la presidencia municipal de Pachuca, Hidalgo, ha pensado que los residuos sólidos urbanos solo son basura y que no tiene más destino que ser sepultados en un supuesto relleno sanitario, el cual representa la peor inversión que en materia ambiental han realizado los municipios de la entidad.

Es claro que el ayuntamiento de Pachuca, no ha tenido la visión para enfrentar el problema de los residuos de manera creativa responsable y sostenible.

Más claro aún, que piensa que entregar a una empresa la gestión de los residuos es más sostenible que cualquier otra media.

A pesar de ello, lo que no entiende es que para que una empresa se haga responsable de los residuos de una ciudad, el municipio, tiene que comprometerse a aumentar anualmente las toneladas de residuos para su manejo o pagar más por cada tonelada que entrega a la empresa.

Es torpe la decisión de concesionar la gestión de los residuos, torpe y signo inequívoco de que no se conoce la tarea de gobernar como se dijo en campaña.

La misma torpeza que muestran los actuales candidatos que buscan llegar al Congreso por primera vez o reelegirse, asumiendo con ello que son lo mejor que le pasó al país.

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