Buenos vecinos

Estremecedoras imágenes hemos visto estos días de la caravana de migrantes tratando de cruzar nuestra frontera. Miles de personas huyendo de sus países con el único objetivo de sobrevivir. El problema de la pobreza para nuestros hermanos centroamericanos es histórico. Al igual que en nuestro país, ha sido una situación difícil de erradicar. Malos gobiernos, falta de educación, nulo desarrollo económico es lo que ha orillado a la población a tomar la decisión de salir de su tierra y encontrar un lugar en donde generar ingresos y vivir. Año con año miles de mexicanos y centroamericanos van en busca del “sueño americano”. En la última semana hemos sido testigos de discursos y las medidas adoptadas para contener u ordenar el paso en la frontera sur.
Desde hace muchos años ya veíamos escenas de las balsas negras en el río Suchiate con personas atravesando de manera ilegal; es hasta ahora, derivado del gran número de gente, que es necesario tomar medidas más drásticas para controlar el flujo de migrantes. La realidad es que no se puede cerrar la frontera y hacer como que no pasa nada. Lamentablemente las circunstancias y los tiempos en los que se da este éxodo nos generan muchas preguntas: ¿Porqué ahora justo cuando esta por entrar el nuevo presidente?, ¿Quiénes son realmente los líderes de esta movilización? ¿Qué relación tiene con las elecciones en Estados Unidos? ¿Cobraron por pasar a la gente? Y así podemos cuestionarnos muchas cosas más. Es por esto que el gobierno mexicano hace bien en exigir papeles o al menos identificar a cada persona que entra. Lo malo es que muchos han ingresado de manera ilegal a nuestro país. Lo que nos debe quedar claro es que se tienen que aplicar las leyes y privilegiar el respeto a nuestro marco jurídico. Nadie debe de aprovecharse de lo que están sufriendo miles de personas en sus países de origen, en los cuales se viven tiempos difíciles, este asunto no debe politizarse. La solución, bien lo dijo el canciller mexicano, es apoyar a estas naciones para que tengan un crecimiento económico que les permita brindar oportunidades laborales a la gente.
Muchos mexicanos han salido a apoyar a los migrantes; en los últimos días, hemos visto a choferes de camiones y camionetas dando aventones a los centroamericanos, gente en la calle ofreciéndoles comida y agua, así como algunos víveres para que su intento por llegar a la frontera se logre. Si pasan o no a los Estados Unidos, no sabemos, pero ya muchos de ellos están viendo a nuestro país como opción para vivir y trabajar. Algunos se preguntarán: ¿si aquí no hay trabajo para qué llega más gente?, y la respuesta es que lo que debemos hacer, como hasta el día de hoy, es seguir produciendo, apostándole al crecimiento económico. Sigamos atrayendo más inversiones extranjeras, sigamos construyendo y ampliando puertos, carreteras, aeropuertos, y fortalezcamos la infraestructura ferroviaria. En resumidas cuentas, sigamos generando oportunidades de empleo y negocios. Hagamos que México se consolide como una potencia económica y sigamos siendo buenos vecinos.
Aunard de la Rocha