Así puede ser la nueva normalidad en la que viviremos
 
Hace (45) meses
 · 
Compartir:

¿Cómo será la vida en unos meses? ¿Cómo conviviremos con nuestros seres queridos a finales de año? ¿Viajaremos y socializaremos igual? ¿Llenaremos el estadio para apoyar a los Tuzos? ¿Iremos a los antros y restaurantes en Hidalgo como antes? ¿La vida y el cuidado que se tengan los adultos mayores no volverá a ser igual? ¿Sólo habrá cines VIP para una sana distancia? ¿Qué cambiará más el coronavirus?

Esta es una crisis que muchos esperan que quede atrás rápidamente. Vivimos tiempos desafiantes como sociedad, pues la situación actual es única en la historia y, por lo tanto, sus consecuencias en cuestión sanitaria, económica, de gobernabilidad, social o existencial, son preocupantes.

Tristemente, la “era del coronavirus” no acabará en una fecha con día y hora, pues el Covid-19 no desaparecerá después de algún ciclo natural que tenga en el planeta, incluso se temen las mutaciones frecuentes que tienen los virus. Tampoco acabará de golpe con una vacuna, pues llevaría meses su proceso, lo que obligará a que la humanidad viva en una “nueva normalidad”.

Los hidalguenses, los mexicanos y la mayoría de las personas en el mundo, nos hemos visto en la necesidad de pasar más tiempo en nuestros hogares. Esto intensifica nuestras experiencias, ya sea que vivamos solos, en pareja o en familia. Y es que el encierro es un experimento social extremo, pero además debemos sumarle la atmósfera de incertidumbre que genera la situación actual: estar enterándote de noticias que perturban, como las económicas o las cifras de muertos; o el ascenso en el número de las personas contagiadas, entre ellos, el gobernador Omar Fayad y el también hidalguense Arturo Herrera, secretario de Hacienda.

Estas medidas de aislamiento inéditas, además de los colapsos en los mercados y de las suspensiones de los eventos sociales, deportivos y culturales, son algunas de las realidades con las que vivimos hoy. Toda esta película, que si en 2019 nos la platicaran la creeríamos imposible, nos lleva a explorarnos más, a dialogar con nosotros mismos, lo que resulta angustiante para quienes no estamos tan acostumbrados a hacerlo, pero también puede ser positivo para la realización humana y algunos, incluso, se habituarán al aislamiento y distanciamiento social.

Y bueno, mientras vivimos esta nueva cotidianidad que puede ser tediosa por pasar mucho tiempo en el mismo lugar, debemos seguir funcionando: limpiando la casa que ahora se ensucia más rápido que nunca, buscando mejorar la relación en pareja (en China, por ejemplo, hay más divorcios que nunca), atendiendo asuntos escolares de los hijos desde el hogar, o asistiendo a trabajar, como muchos hidalguenses lo están haciendo, pues no les queda de otra.

Algunos líderes podrán capitalizar mejor la pandemia, y no sólo me refiero a los que hayan superado el estar contagiados, como Fayad y Herrera, pues ambos saldrán políticamente fortalecidos. Los líderes religiosos hidalguenses también tendrán mayor poder de convocatoria, pues reciben la necesidad de muchos de sentirse vinculados con sus creencias, creando un lazo invisible por la imposibilidad de una cercanía física.

Seremos más cuidadosos, sobretodo en cuestiones de contacto humano. Los migrantes serán peor recibidos, no sólo por el proteccionismo que aumenta en las crisis económicas sino también por el temor del contagio. También las divisiones sociales ocasionarán tensiones y las protestas pueden aumentar.

 

¿Qué debemos priorizar?

Lo inmediato debe ser atender la pobreza y ayudar al sector laboral, pues se puede agravar la inseguridad, la violencia y la inestabilidad del trabajo formal e informal. Además, el crimen organizado, duramente afectado en sus finanzas, buscará nuevas fuentes de ingresos, por lo que pueden aumentar los robos a hogares y comercios, los secuestros y el contrabando de alimentos y bebidas. Mientras que, en las prisiones, el problema carcelario puede cambiar, pues la pandemia puede llevar a una nueva política criminal que favorezca el uso de herramientas diferentes a la cárcel.

Sin embargo, no sólo debe preocuparnos lo inmediato, pues se debe enfocar mucho en el mediano y largo plazo. Los gobiernos siguen adoptando medidas de emergencia que aumentan su poder y que pueden querer mantenerlas, una vez pase la crisis sanitaria. Curiosamente en esta realidad en la que estamos viviendo, muchos neoliberales mexicanos exclaman por la protección de la vida y muchos izquierdistas piden la reapertura económica, dispuestos a dar más poder al gobierno.

La pandemia ha hecho más evidente las desigualdades sociales. La presente crisis ha impactado a todos los sectores sociales, pero información laboral de diversos países señala que, por ejemplo, la mayor pérdida de empleos y caídas en ingresos son registradas en los niveles de menor poder adquisitivo. Es una certeza histórica que los sectores con ingresos más altos se correlacionan con mejores resultados de salud y una mayor esperanza de vida. La desigualdad deriva en que unas personas sean más vulnerables al virus y a la difícil situación que exista después de la pandemia, por lo que la presión para tener acceso a derechos fundamentales aumentará para los gobiernos.

La vida será diferente cuando acabe la crisis sanitaria. Pero qué tan diferente dependerá de la magnitud de la pandemia, que aún está por verse, por lo que se nos vienen grandes retos como sociedad. Para finalizar, los invito a reflexionar: En la nueva normalidad, ¿quisiéramos simplemente regresar a lo mismo que teníamos antes del coronavirus?

 

@alanfrance24

Compartir:
Etiquetas:
Relacionados
title
Hace 27 minutos
title
Hace 51 minutos
title
Hace 1 hora
Se dice
/seDiceGift.png
Especiales Criterio
/transformacion.jpeg
Suscribete
/suscribete.jpg
Más popular
Política actual impide el desarrollo: Marivel Solís
Por Gerardo Ávila . 24 de mayo de 2016
Por Gerardo Ávila . 9 de agosto de 2017
Por Federico Escamilla . 12 de febrero de 2018
Por Gerardo Ávila . 30 de noviembre de 2015

© Copyright 2023, Derechos reservados | Grupo Criterio | Política de privacidad