Desde las protestas de la Primavera Árabe hasta el Caso Watergate que derrotó a Richard Nixon, la injusticia contra los afroamericanos y las armas de destrucción masiva, el periodismo de investigación ha tenido un impacto imborrable en la cultura, la sociedad y la historia humana.

Los políticos, empresarios y figuras públicas poderosas toman decisiones o implementan leyes que impactan a la sociedad. Lo mismo se aplica a las empresas culpables de evasión fiscal o violaciones de derechos humanos.

El periodismo de investigación es una forma eficaz de aumentar la transparencia y hacer que las autoridades y las empresas rindan cuentas. A través del periodismo de investigación y los reportajes críticos, salen a la luz historias que son importantes para la sociedad.

La conferencia del Investigative Reporters and Editors (IRE) volvió a ser un evento virtual pero igual de espectacular. El IRE se formó para crear un foro en el que los periodistas de todo el mundo logremos apoyarnos entre nosotros compartiendo ideas de historias, técnicas de recopilación de información y fuentes de noticias.

Finalizó la semana pasada el evento anual de la considerada mayor organización de periodismo de investigación del mundo y estuvo dedicado a mejorar la calidad del periodismo de investigación en nuestra era digital de noticias falsas y redes sociales.

La sociedad tiene derecho a recibir información confiable sobre las medidas y decisiones tomadas por autoridades gubernamentales y otros líderes. El periodismo de investigación brinda claridad y ofrece información independiente y confiable.

Desafortunadamente, la profesión de periodista de investigación no está exenta de peligros, especialmente en México, uno de los países más violentos del mundo para los profesionistas de los medios de comunicación.

Muchos colegas enfrentan extremas consecuencias de ejercer su trabajo. Las autoridades mexicanas han aprobado desde hace décadas leyes que permiten criminalizar las publicaciones de los periodistas o que generan un clima adverso para los proyectos de investigación. Como resultado, los periodistas de investigación son a menudo amenazados e intimidados.

Aun así, los periodistas han logrado hacer públicos muchos proyectos que han impactado a la sociedad mexicana. Trabajos periodísticos como “La Casa Blanca” de Peña Nieto, en el que se evidenció la lujosa propiedad de la familia presidencial que puso en tela de juicio la relación entre el presidente con un contratista que estaba siendo beneficiado por su gobierno.

O la investigación del periódico Reforma, Morir por Pemex: Tragedia en la sonda de Campeche. En la que, tras la muerte de 22 personas en un naufragio, la investigación periodística reconstruyó la tragedia a partir de sus sobrevivientes y familiares de las víctimas, la mayoría trabajadores de Pemex, mostrando las negligencias del caso. Meses después del trabajo periodístico, la Comisión Nacional de Derechos Humanos señaló que Pemex había violado por omisión el derecho a la vida y la integridad física de víctimas y sobrevivientes.

Son especialmente admirables los trabajos periodísticos mexicanos que han reportado investigaciones sobre el narcotráfico, la violencia y los grupos delictivos. Proyectos como la Marcha de los 10 mil ausentes, Carta desde

La Laguna, Buscadores en un país de desaparecidos, Soy el número 16, Miss Narco y muchos otros trabajos investigativos que han mostrado la vocación y profesionalismo que tienen los periodistas mexicanos, algunos de ellos asesinados en el ejercicio de su profesión.

Incluso si a algunos periodistas se nos ponen barreras, la verdad siempre debe salir a la luz pues como señala un conocido apotegma, “el periodismo es el primer borrador de la historia”.