Al revisar los perfiles académicos de consejeros y funcionarios del Instituto Estatal Electoral grande fue mi sorpresa al encontrar maestros y doctores, porque me resultó incomprensible la razón para dejaran perder un proceso.

Antes, se justificaban las fallas a consecuencia de personal de bajo perfil académico, o bien, lo más recurrido era por el escaso presupuesto. En este proceso que recién concluyó, por sorpresa hubo profesionales en el manejo del IEEH y casi 500 millones de pesos para solventar el proceso municipal.

Entonces, suficientes debieron ser las razones para que en la víspera se anunciara la caída del Programa de Resultados Preliminares (PREP), el cual fue asignado a una empresa particular desconocida, o al menos no anunciada de manera pública en las páginas oficiales del IEEH.

Lo que más tarde no llevó a una clase de primaria con una maestra que cantaba los números parciales de alguna casilla de alguno de los 84 ayuntamientos, todo a través de una pantalla sospechosamente desenfocada. Este proceso fue realizado desde la habitación de un hotel.

Al arranque, la ausencia de entendimiento entre personal del organo local y el INE motivó que la instalación se alargara en algunas casillas hasta después de las nueve de la mañana. Por fortuna, la carente publicidad para invitar al voto tuvo efecto y no hubo largas filas frente a las casillas, con excepción de algunas receptoras del voto obligado.

En fin, la legalidad del proceso fue resumida en la declaración final que hizo la titular del IEEH, Guillermina Vázquez, al ser cuestionada sobre la posibilidad de cambiar los resultados en tribunales, ella soltó: “Sí, hay una alta posibilidad de que los resultados puedan ser revertidos”.

Esto nos muestra que los casi 500 millones de pesos se pudieron entregar en despensas a casi la mitad de hidalguenses que no gozan de ingresos suficientes para comer tres veces al día, en lugar de jugar a las elecciones. Total, un par de volados sobre popularidad y al final la intervención de un tribunal como juez final.

Junto a todo esto, vimos la habitual inoperancia de los encargados de la gobernabilidad que permitieron que todo llegara hasta sus últimas consecuencias, tal como lo vimos en Xochiatipan y Pacula, al igual que en otras, en donde las casillas fueron incineradas por manos anónimas.

Fue la primera elección bajo la norma sanitaria de una pandemia y seguramente habrá muchas más al ritmo que vamos, al no descender la ola mortal del covid.

Muchos candidatos perdieron, otros arrebataron, pero justo resulta que los consejeros del IEEH por vergüenza profesional presenten su renuncia tan sólo por ausencia de capacidades para salvaguardar la credibilidad del IEEH.

Aunque antes de ello, deberán clarificar cual fue la empresa del PREP, costo y condiciones del contrato para que responda legalmente, así como muchos otros contratos pendientes de los que nadie sabe. En fin, deberá programarse un plan de rescate del IEEH para que las nuevas elecciones no se encuentren bajo este mismo sello de la ineficacia.

Nimiedades: Las aspiraciones de la senadora Nuvia Mayorga ya comenzaron a incomodar a más de un priista, quienes buscan alianzas con sus enemigos con tal de evitar su postulación.