Sin más, Esmeralda publicó su post en las redes sociales de dar su pantalón sin estrenar, talla 28, a cambio de arroz, aceite, frijol, papel de baño, jabón etcétera. Este es un mensaje que mandan cientos o quizá miles de mujeres hidalguenses que enfrentan la peor de las crisis económicas que han tenido, tanto que han abierto su ropero a cambio de comida.
Los anuncios carecen de pretensiones, solo buscan una despensa básica en la alacena, esa que dejó de llegar por falta de empleo, por el cierre de su pequeño negocio o su imposibilidad para seguir preparando antojitos en el zaguán de su casa a causa de la pandemia.
Es innegable que el hambre comienza a vagabundear por las calles de las ciudades y pueblos de nuestro querido estado de Hidalgo.
Estas abrumadas mujeres forman parte del 30.9 por ciento de los hogares hidalguenses que tiene a una mujer como jefa de familia y que en la mayoría de los casos son el único generador y sostén económico.
Los reportes financieros del Sistema DIF Hidalgo y de Desarrollo Social advierten un gasto de 49.3 millones de pesos en despensas entregadas a “familias en desamparo”. Al dividir esta cantidad entre los 1.6 millones de hidalguenses que no pueden comprar la canasta básica, tendrían un bono de 29 pesos, cantidad insignificante para el tamaño de su necesidad.
Este sector no es el único, pues de acuerdo a la Secretaría de Desarrollo Económico 6 mil 327 empresarios buscaron un crédito para sobrevivir a la pandemia con sus negocios, sin embargo se autorizaron olo 491 de ellos. Lo que significa que los 16.6 millones de pesos de ese programa significó en el mejor de los casos unos 33 mil pesos por crédito.
Son datos publicados en el segmento “Conoce los gastos que se han realizado para combatir la pandemia Covid-19” que publica el gobierno estatal. Y como en todo, no falta esa vocación arrendadora de la administración estatal.
Resulta que los 117 módulos con lavamanos y gel antiséptico colocados en el estado se obtuvieron por contrato de adjudicación directa, por 24.3 millones de pesos, sujeto a incrementarse por mantenimiento y alargamiento del plazo contratado. Esta cantidad habría representado la adquisición de 121 mil 500 despensas, aproximadamente.
Será desastroso el efecto de la pandemia en el país al existir un 46 por ciento de informalidad en la economía, pero todavía más en Hidalgo, porque aquí ese índice alcanza el 76 por ciento, lo que dificulta cualquier posibilidad de recuperación en mediano plazo.
El propio gobernador Fayad Meneses advirtió que al menos seis años tardará el estado en recuperar su economía del 2019 y entonces otros 400 mil hidalguenses sufrirán los estragos de la pobreza. De ser cierta esta predicción, al menos 2 de los 3 millones de hidalguenses tendrían hambre.
Anunció en noviembre un plan de reactivación con 30 mil millones de pesos que generará 20 mil empleos en cuestión de doce meses.
Esto urge y en caso contrario, si estructurar mecanismos económicos para sacar a estas mujeres de esa condición desesperada que las lleva a cambiar sus pocas pertenencias por comida, como en los países más fregados del planeta.
Nimiedades: la “otra” campaña priista que se orquesta para alcanzar la gubernatura se va fortaleciendo de manera mesurada y muy a puerta cerrada, según para evitar traiciones.
