“Es un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad”
Neil Armstrong, 20 de julio de 1969
No cabe duda de que muchos queremos que ya se termine 2020. Incendios nunca vistos, marchas que se están convirtiendo en movimientos sociales en diversas partes del mundo, crisis económica mundial, guerra comercial, Covid-19, entre otros grandes males que están afectando la cotidianidad del mundo.
Dentro de todas estas catástrofes podemos ver en el horizonte cosas muy buenas y que serán determinantes para el futuro. El pasado fin de semana, Estados Unidos nuevamente dio muestra al mundo de que sí se pueden cumplir las metas y objetivos que se plantean.
Después de 9 años de no haber enviado desde su suelo una nave al espacio con personas a bordo, lo pudieron volver a lograr. Lo anterior gracias al esfuerzo conjunto del Gobierno y la iniciativa privada. Lo hicieron posible con el trabajo de un gran equipo interdisciplinario que se lo propuso.
No los detuvo ni las amenazas de la cancelación de presupuesto ni los tiempos que estamos viviendo. Con este viaje se abre una gran puerta para seguir explorando el espacio, e independientemente del turismo espacial, seguirá la implementación de muchas nuevas tecnologías que ahorita ni nos imaginamos.
¿Acaso cuando llegó Neil Armstrong a la luna nuestros abuelos y padres se imaginaron que traerían un celular? ¿Nosotros de niños nos imaginamos que existirían automóviles que se manejarían solos? Piensen en cuántas aplicaciones que utilizan a diario en sus dispositivos móviles ocupan GPS.
Gracias a todos los esfuerzos que se han llevado a cabo en temas espaciales hemos avanzado de una manera estrepitosa en cuanto a tecnología se refiere. Por ello lo que vimos el sábado formará parte de la historia de la humanidad y con esto se abrirán muchas nuevas oportunidades en materia de ciencia y tecnología.
Para 2023, la empresa SpaceX se ha comprometido en llevar al primer hombre como pasajero privado a dar una vuelta a la luna. El billonario japonés Yusaku Maezawa será el primero en la lista para llevar a cabo esta odisea y con ello seguramente veremos más pasajeros dispuestos a vivir esta experiencia. Esto es solo el principio de lo que viene; para 2024 la NASA y sus socios comerciales aterrizarán a la primera mujer en la luna, así como a un hombre, para que lleven acabo estudios de la superficie lunar, lo que permitirá poder dar lo que han denominado como el siguiente gran salto: enviar astronautas al planeta Marte.
Esta misión lleva por nombre Artemisa y la NASA afirma que el éxito de esta misión cambiará al mundo. Todo esto puede parecernos lejano y sin importancia, pero tenemos mucho que aprender en nuestro país de lo que se está logrando gracias a la inversión en ciencia y tecnología, así como a los esquemas de asociación privada y gubernamental para lograr estos objetivos.
Las generaciones de jóvenes y niños tienen todo el talento y la oportunidad de lograr mucho más de lo que nos pudiéramos imaginar. Los cambios, más a raíz de esta pandemia, se están dando a pasos agigantados. El uso de la tecnología se está acelerando y la manera en la que realizábamos las cosas ya en muchos casos no va a volver.
Por ello hay que subirse en las oportunidades, desafiar los paradigmas existentes y transformarnos. La muestra de que sí se puede ya la dieron el fin de semana. Somos un gran país y tenemos que salir adelante. En 2020 no todo es está perdido, falta mucho por hacer, nos quedan seis maravillosos meses que aprovechar, sí hay que cuidarnos ante la pandemia, pero que sirva este tiempo para rediseñar y mejorar todo lo que se pueda en nuestro alrededor.
